Savannah no esperaba que él la rechazara. Decepcionada y bastante molesta, lo miró sin decir una palabra. Quizás él estaba más molesto que ella cuando lo trató con tanta indiferencia antes.
—Nada más, ¿verdad? Por favor, vete. Todavía tengo muchos negocios que atender —Dylan la ignoró y volvió a su escritorio.
Luego levantó el teléfono y marcó el intercomunicador. —Saquen a la Srta. Schultz.
—No, señor Sterling, por favor, déjeme volver, no quiero ir a otra empresa, solo quiero volver a Zagreb Film... —Savannah volvió en sí y se apresuró hacia su escritorio.
En ese momento, la secretaria entró y se detuvo frente a Savannah, —Srta. Schultz, por favor.
Savannah no se movió, aún mirando a Dylan. Hizo su mayor esfuerzo por ignorar la humillación para buscar la ayuda de Dylan.
—Srta. Schultz, si no se va por su cuenta, tendré que llamar a seguridad —La secretaria frunció el ceño y medio arrastró a Savannah hacia afuera.