Por eso ella fingía estar enfadada y golpeaba a Kevin con palabras frías y afiladas.
Eso era bueno para ella y para Kevin.
—Kevin, lo siento... —Savannah agarró su abrigo y bajó la mirada. —Limpiándose las lágrimas, Savannah, tendrás un largo viaje, puedes hacerlo —se susurró a sí misma y llamó a un taxi.
—¿Nos vamos, señorita? —preguntó el conductor del taxi.
—Adelante. —Savannah se mordió el labio y miró hacia otro lado.
* * *
El Grupo Sterling
Los frescos rayos del sol otoñal, filtrados por las cortinas azul pálido, se inclinaban en la amplia oficina. El hombre frente al escritorio trabajaba en el documento. De pronto, se oyó un ruido desde fuera.
—Señorita Schultz, no tiene una cita. No puede entrar... Bien, espere fuera un momento. Primero informaré a mi jefe. —La palabra "Señorita Schultz" llegó claramente a los oídos de Dylan. Frunció ligeramente el ceño.
Se golpeó la puerta y la secretaria asomó la cabeza por la puerta disculpándose.