—Señor Sterling, la fiesta comenzó. ¿Vendrás conmigo? —Los ojos de Abby se iluminaron al ver a Dylan. Se acercó a él y dijo de manera coqueta.
—¿Dónde está ella? —Dylan preguntó de manera impasible, mirándola con mucha rigidez.
—¿Te refieres a Savannah? —Abby le ofreció otra dulce sonrisa—. Se fue después de ayudarme a ponerme mi vestido. No sé dónde fue.
Dylan pareció decepcionado. ¿Acaso la gatita había huido porque lo vio venir?
—Señor Sterling... Se está haciendo tarde. El maestro de ceremonias me está esperando. ¿Puedo irme primero? —Abby seguía sonriendo pero se le notaba un poco culpable.
Dylan asintió con impaciencia.
Abby bajó la cabeza y recogió su vestido, caminando rápidamente hacia el salón de banquetes.
—Señor, quizá la Srta. Schultz ya se haya ido del crucero —susurró Garwood.
Dylan no habló, pero su expresión se oscureció.