Cuando comenzó a sonar por tercera vez, Judy contestó, temiendo que algo urgente se retrasara. Sin embargo, Dylan se enfadó y la regañó después de volver.
—¿Dylan olvidó su teléfono otra vez?
Nadie habló por teléfono durante unos segundos. Savannah ajustó rápidamente su estado de ánimo —¿Señorita Rowe?
—¿Es la señorita Schultz? Oh, ¿quieres hablar con Dylan? —preguntó Charlotte.
—Sí, ¿está Dylan ahí? —Qué tontería. ¿A quién más podría llamar? Savannah estaba conmocionada y furiosa, pero trató de mantener la calma.
—Oh, no está disponible ahora mismo —Charlotte dudó por un momento, y luego apartó deliberadamente el teléfono de ella.
Savannah contuvo la respiración y escuchó la voz de Charlotte allí, baja pero muy clara, como si estuviera ordenando al sirviente —¡Tía Shaw! ¿Dylan sigue en el baño? Dile que alguien llama.
Nubes oscuras se cernían sobre la mente de Savannah.