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—¡Todos los juguetes en el suelo de este rincón eran sus juguetes cuando era niña! —Le volvieron a traer lágrimas a los ojos. Puso la muñeca bajo su nariz; el olor le trajo de vuelta aquellos dulces recuerdos. Sintió que había regresado a su infancia como una pequeña niña; todavía vivía aquí, y sus padres también estaban aquí.
Siempre era la pequeña princesa despreocupada, amada y protegida por su querido papá y mamá...
—¡Savannah! —Una voz femenina vieja y familiar llamó.
Savannah se sobresaltó. ¡Pensó que nunca volvería a oír esa voz! Al darse la vuelta, vio a una mujer en sus cincuentas parada en la puerta de la habitación. Llevaba ropa sencilla y tenía los ojos rojos.
—¿Tía García? —La voz de Savannah tembló. No podía creer lo que veían sus ojos.