El Señor Sy se dio cuenta de que Noah estaba bebiendo demasiado, así que se le acercó y lo llevó a sentarse cerca de él.
—Hijo... Ya es suficiente... —escuchó Noah que el padre de Liam decía mientras él le pedía al camarero otra cerveza. Vio al anciano haciendo señas al camarero para que no trajera más botellas sino que le trajera a Noah algo para que se despejara y se sintiera mejor.
—Tu hermana ya se fue. Aquí, bebe esto y te sentirás mejor... —dijo el Señor Sy, entregándole la botella de bebida para despejar que el camarero le había traído.
Noah entonces vio que el anciano tenía una bella sonrisa en su rostro mientras miraba en una dirección en particular. Noah siguió la mirada del anciano. Los ojos del viejo estaban puestos en Liam y Lana, que compartían un dulce baile al son de una melodía mientras se abrazaban.
—Qué pareja más encantadora, supongo... —comentó Noah secamente.