De pie en el baño frente al lavamanos y con la mirada fija en su reflejo, Everly exhaló un profundo suspiro.
Cerró los ojos y se agarró la cabeza, recordando completamente cómo se había transformado y se convirtió en lobo.
Escalofríos recorrían todo su cuerpo, incapaz de deshacerse de la sensación que experimentó ese día.
El sonido de sus huesos crujientes y el intenso dolor que sintió por cada centímetro de su cuerpo se reflejaban en su mente.
—No me gusta esto —sacudió la cabeza, desechando la idea de volver a convertirse en lobo alguna vez.
Preferiría morir antes que intentarlo de nuevo.
Una mirada de dolor surgió en su rostro y giró la cabeza para mirar su teléfono cuando escuchó que vibraba.
Lo agarró y miró la pantalla para ver que era un mensaje de nadie menos que Raphael.
Su corazón se aceleró instantáneamente y desbloqueó el teléfono.
Se tragó la saliva con dificultad y pulsó en el mensaje para ver su contenido completo.