Aila observó cómo Damon empezaba a trotar y desaparecía entre los árboles, con Beta Kane y Finn siguiéndolo a cuatro patas.
—Ajax está cubriendo el cielo, Aila. No tardaremos —Finn la vinculó mentalmente. Aila levantó la vista y se rió para sí, dándose cuenta de que no sería capaz de ver un águila negra en la noche.
Suspirando, se giró hacia los lobos restantes que estaban de guardia antes de volver a meter los pies en el agua. Se estaba refrescando del calor anterior, pero el beso que él le dio, aunque fue rápido, aún la tenía alterada y provocaba un revuelo en su interior.
Me comporto como si estuviera desesperada por sexo.
—Porque lo estás. ¿Cuándo fue la última vez que lo hiciste? —Maribel chirrió. Aila ni siquiera quería pensar cuánto tiempo había pasado, ¿dos años? De cualquier manera, no tuvo problemas hasta que conoció a Damon. Solo voy a culparlo a él.
Malia resopló con los pensamientos de Aila.