—Aila se fue a aliviar y llevó a Nairi con ella, y Damon asumió que también se había vinculado mentalmente con Chiara. El Rey Alfa observaba desde el bar contra el que se apoyaba cómo su Gamma se apresuraba tras las dos mujeres, y comenzaban a ponerse al día. Aila no reveló el secreto de Nairi, pero él sabía que en los baños, o dondequiera que el trío fuera, Chiara estaba a punto de recibir la noticia.
Los ojos de Damon se posaron en Kane, quien avanzó hacia él pasando por los que bailaban, con una sonrisa aún en los labios, los ojos iluminados como si estuviera electrificado de felicidad. Lo estaba. Realmente lo estaba.