—Harry —Elissa lo llamó y él comenzó a moverse hacia ellos.
Había estado parado de forma incómoda, mirándolos, con las manos en los bolsillos. A diferencia de Aldric, que llevaba un traje de tres piezas completo, a Harry le faltaban el chaleco y la corbata, dejándolo todo de negro, con camisa y todo pero con el primer botón desabrochado. —¿Sí, Lissa?
Harry se preparó. Elissa era una niña mandona y le gustaba torturarlo. —Empújanos; de lo contrario, pareces una viuda.
Harry se detuvo, mirándola con el ceño fruncido. ¿Una viuda?
—Quieres decir 'raro', idiota —murmuró Rex, aunque intentaba actuar como de costumbre, Rex no lo estaba. Estaba poniendo una cara valiente.
—Vamos ahora, pequeño y pequeña. No deberías llamar nombres a tu hermana —Harry regañó ligeramente, pero hizo lo que Elissa sugería. No quería parecer incómodo y extraño, así que comenzó a empujarlos suavemente.