En la cama, acurrucados en la gloria de su desnudez, Damon y Aila se negaban a salir de la cama. A diferencia de la mayoría de la manada, no tenían resaca pero estaban un poco cansados después de una noche entera de diversión entre las sábanas. Aila estaba bien, solo necesitaba unas pocas horas de descanso ahora, pero Damon parecía un poco más aturdido, aunque eso no detuvo su erección matutina. Aún estaba medio dormido cuando sus ojos se abrieron de golpe al sentir la repentina succión en la punta de su pene.
La lengua de Aila luego giró alrededor de la punta burlonamente mientras él levantaba la cobertura para ver sus ojos observándolo con un ligero brillo, haciendo que sus testículos se tensaran aún más. Su cabello estaba desordenado alrededor de sus hombros, cada curva de su cuerpo hecha para él y su duro joder. Ella era una belleza como ninguna otra, y ella, que estaba chupando su pene, era toda SUYA.