Aila felizmente bajó su boca al miembro de Damon, con los ojos brillantes mientras dejaba besos ligeros como plumas en la punta y descendía hasta sus testículos. Ella sostuvo sus testículos y los masajeó mientras su lengua recorría el eje antes de llegar a la punta, donde lo giraba y lo tragaba completamente, sintiendo su longitud llegar al fondo de su garganta. Era excitante verlo observarla tan intensamente con su pene en su boca y ver cómo sus labios se abrían para soltar un suspiro.
Toda esa ira contenida, la energía acumulada, de deseo y necesidad. Deseando estar con su pareja sería liberado esta mañana. Aila no le dejaría mover un dedo, no después de todo por lo que había pasado. Él casi la pierde en manos frías de la muerte, luego fue secuestrada por un vampiro loco, y por él casi morir dos veces en ese tiempo. Ella quería complacerlo tanto, tanto.