La mente de Damon estaba llena de destellos de esa ridícula y pequeña cantidad de tiempo juntos. La forma en que Aila arqueaba su espalda hacia él, los jadeos y pequeños gemidos ante su tacto. Luego, su mente pasó a la desesperación detrás de sus ojos cuando quería irse con él, pero esos licántropos la necesitaban.
Esos licántropos...
Mierda, realmente había estado pensando con su pene. Debería haberse concentrado en el panorama general. Pero al ver a Aila...
—No todo se trata de follar —intervino Darius, y con su voz regia diciendo la palabra 'follar', Damon no pudo evitar las sacudidas de sus hombros mientras corría de vuelta con los demás. —El lazo ya se siente estirado otra vez. Un encuentro de cinco minutos no es nada, y todo esto es natural.