Aila se quedó en sus habitaciones hasta que se sintió mejor, entretenida por Harry, lo que la mantuvo alejada de sus pensamientos en espiral. Sabía que Casio la encontraría y averiguaría si Damon estaba realmente cerca, y si el vampiro lo descubría, entonces necesitaba saber si iba a lastimarlo o no. Solo podía esperar que el grupo se hubiera ido porque si veía a Casio intentando algo, entonces todo su arduo trabajo habría sido en vano.
Pero Aila no podía quedarse sentada esperando una condena inminente que podría o no ocurrir. La preocupación en el fondo de su mente le hacía un nudo en el estómago, y ahora sabía que ese era el verdadero objetivo de Casio. Hacerla esperar. Si no hubiera nada que ocultar, entonces no habría señales de que se preocupaba todo el tiempo.