Aila miró a Davian durante un largo momento mientras su cuerpo se debatía en un torbellino de emociones. No sabía cómo sentirse acerca de que Davian liberara a Casio, pero sabía que él se sentía culpable por ello, y sabía por su diario y comentarios que lo despreciaba. Esto indicaba cuánto control tenía Casio sobre Davian, haciéndose preguntar si alguna vez se liberaría de ello. Su ancestro era poderoso; podía notarlo simplemente estando junto a él, la esencia que desprendía casi la asfixiaba.
¿La edad también aumentaba la fuerza de un vampiro?
Ahora eso no importaba. —Liberaste a Casio —ella respondió con calma y sin emoción—. ¿Has estado con él desde entonces?
Se preguntaba si Davian había estado ayudándolo desde el principio.
—No, lo ayudé a escapar y luego hui —Davian miró hacia abajo mientras la dirigía por el codo para evitar un charco de lodo en su camino.