*Hace un mes*
Rayos de luz se filtraban a través de sus ojos cerrados, perturbándola de un sueño profundo. Aila parpadeó lentamente abriendo los ojos y los cerró de nuevo con un ligero ceño fruncido. De alguna manera se sentía mareada y su garganta increíblemente seca. Se lamió los labios y forzó sus párpados a abrirse de nuevo, ajustándose a la luminosidad de la habitación desconocida en la que se encontraba.