—Las grandes patas negras golpeaban la tierra a una velocidad rápida, salpicando a través de charcos mientras el viento se deslizaba por la cara del lobo, alborotando su pelaje —Damon gruñó mientras sus ojos plateados brillaban amenazadoramente—. Ladró amenazantemente a los lobos que se quedaban atrás, pero él era demasiado poderoso y rápido para que pudieran seguirle el ritmo.
—¡Alfa! ¡Alfa! —Lo llamaban a través del enlace mental—. Podía escuchar el pánico en sus voces resonando en su mente. Pero no podía responder, no podía pensar, todo lo que quería era su Aila, su pareja. Su único enfoque era recuperarla.