A lo largo de las próximas tres semanas, Aila entró en una rutina, preparándose para el próximo ritual y coronación. Se sentía mucho mejor estando en casa, percibiendo la felicidad de su manada con su regreso y el ambiente de ligereza que los rodeaba. La presencia de su Alfa y Luna parecía tranquilizarlos.
En ese tiempo, Aila tuvo que aprender a bailar con Damon. A menudo soñaba despierta con una escena de 'Dirty Dancing' entre ella y su compañero, pero no se necesitaba mucho para que se pusieran calientes y sudados después de su lección. Principalmente él llevándola a otra habitación o incluso haciéndolo sobre el piano en el gran salón donde entrenaban. No podían evitarlo; aprender a bailar el vals todavía era contacto piel con piel. Además, ¿a quién no le gusta un hombre que sabe moverse? Especialmente uno que se veía como Damon.