—¿Estás satisfecho ahora? —Gabriel le habló al otro vampiro en la habitación mientras volvía a corchar la botella.
—Hmmm, Chateau Lafite 1787. ¿Estás tratando de congraciarte conmigo, hermano? —preguntó.
—Cuando lo probé por primera vez, pensé en ti y guardé muchas botellas —respondió Gabriel.
—Qué considerado —murmuró Casio.
Gabriel observaba cuidadosamente a su hermano; el vampiro había estado esperando afuera, escondido en las sombras después de que su acalorada discusión terminara con la súbita aparición de Aila y Damon. Gabriel sorbió su vino, emitiendo un murmullo de apreciación por el sabor. Casio se giró para enfrentarlo y puso su copa medio vacía en el escritorio.