—La expresión en el rostro de Finn seguía apareciendo en la mente de Sariah mientras se mantenía oculta en las sombras de la cabaña de troncos. Debe ser horrible escuchar a su amigo pasar por tal calvario. Sariah había sido testigo de los actos asquerosos que algunos de los cazadores hacían pasar a las criaturas, y sabía que Clint aprovecharía lo sucedido en el complejo.
—Cuando Sariah fue llamada por primera vez a su cabaña, no sabía qué esperar. Pero logró echar un vistazo a la loba que Clint había traído con él. Desde entonces no se había vuelto a ver a Aila. Sariah solo conocía su paradero observando a Clint desde lejos, viéndolo salir y cerrar con llave la puerta del sótano.