{ No es lo que decimos o pensamos lo que nos define, sino lo que hacemos ~ Jane Austen // Sentido y sensibilidad }
Chiara casi salió disparada por las puertas del patio, su corazón latía en sus oídos, al compás del clic clac de sus tacones resonando en el suelo. Lo único que la mantenía de no huir y transformarse fuera de su horrible vestido y tacones era los lobos que observaban y esperaban un momento de debilidad por su parte. Chiara mantenía su barbilla alta y su mirada fija adelante mientras sentía sus miradas atravesarla, juzgándola nuevamente por los crímenes de su hermana.
Sus susurros silenciosos aún llegaban a sus oídos, pero la Gamma fingía ignorancia. Ahora tenía que demostrarse de nuevo después de la marca que Lidia dejó en el nombre de los Gattoni. No importaba si la había matado; Chiara no iba a jactarse de algo, así que tenía su respeto.
Sus puños se cerraron a sus costados. Si fuera un hombre lobo masculino, no habría problemas. Estaba segura de ello.