Al día siguiente se hicieron preparativos para el viaje, aunque no planeaban quedarse a pasar la noche, ya que ninguno de sus horarios ocupados lo permitía. La visita también se mantuvo en secreto para el público, pues cada movimiento de la familia real era altamente publicitado, especialmente en lo concerniente al Rey y la Reina de Wraith.
Fue un viaje difícil, ya que el cielo estaba sombrío y gris, señalando que se acercaba una tormenta, pero aún así partieron. El pronóstico del tiempo decía que solo llovería un poco.
—Su Majestad, me pone en una situación difícil —dijo James por teléfono.
James acababa de recibir noticias de que un misterioso jet privado había aterrizado en KST, el aeropuerto de Kastrem. Era un milagro que el jet privado no hubiera sido derribado por la milicia de Kastrem por no solicitar acceso aéreo con anterioridad.
—Tienes suerte de que la milicia reconociera el jet privado, Su Majestad —le dijo James a Elías.