Frustrada por sus palabras y por lo egoísta que estaba siendo —Elías se alejó de ella—. ¿No hay cantidad de súplicas y razón que puedan llegar a ella? ¿No hay cantidad de convencimiento que cambie su mente?
¿Cómo puede seguir siendo tan terca cuando se trata de su vida? ¿Cómo puede pretender que no morirá al final de estos nueve meses?
—¡Morirás! —Elías le gritó, dejando salir toda su ira contenida—. Estaba bien consciente de que estaba atravesando las siete etapas del duelo en ese momento, pero sabía dentro de sí que nunca alcanzaría la etapa de aceptación.