—Esposa, tu trasero tiene forma de corazón invertido, y es tan blandito, me encanta —él acariciaba su trasero, dándole palmaditas ligeras, lo que a su vez la hacía chillar—. Es todo tuyo, marido... —ella gimió de una manera sexy, arqueando su trasero hacia su mano lo que provocó un gemido de él—. Esta mujer, ella lo hacía completamente imposible dejar de enamorarse de ella.
—¿Cómo estuvo tu reunión? —preguntó Tiana, sintió su mano meterse en su ropa interior y apretar sus nalgas.
—Estuvo bien; ¿dijiste que querías ir a nadar? —Nicklaus alzó una ceja y Tiana asintió—. Bien, déjame cambiarme —él dijo, besándole la mejilla antes de caminar hacia el cajón para ponerse un bañador.
—¿Vas a salir así? —preguntó ella, con su mirada fija en su pecho desnudo.
—¿Sí? —Nicklaus frunció el ceño—. ¿Está mal? —estaba usando un bañador, que se detenía justo por encima de las rodillas, y su pecho estaba descubierto.