—Tan pronto como el trabajo estaba terminado, Felis regresó al monasterio junto con Kaitos y otros. Y ahora tenía que esperar. Iba a esperar un día entero y después atacaría el Reino de Pegasii con los monjes.
Estaba satisfecho consigo mismo. Los dos hadas iban a matar a cada maldito hada que estuviera presente en el reino eliminando así la peor amenaza. Felis solo temía a las hadas. En cuanto a los hombres lobo, eso no era problema. Sus Nyxers se encargarían de ello fácilmente. Sabía que al final del día, iba a tomar el control de Pegasii y eso también con tanta facilidad.
Felis alzó los pies sobre la mesa de escribir mientras sus guerreros rodeaban a los monjes. Kaitos fue hecho sentar en medio de cinco guerreros y era una abeja reina de los monjes. Si se portaban mal, Felis iba a matar a Kaitos y después daría a los demás una muerte lenta y dolorosa para infundir temor.