Al acabar la conversación con ella, Fu Shiyi agarró las llaves de su coche y se fue a encontrar con Jolin, solo quería ver lo desesperado que se había vuelto.
—Segundo Fu, ¡vamos a ver cómo uno pierde su amor!
—¡Maldición, tengo trabajo que hacer! —Fu Shiqin subió las escaleras amargamente.
Su hermano había dejado pilas de trabajo solo para estar en una cita con su amor y su hermano menor andaba jugando todo el tiempo, así que él era la única persona que se dedicaba al negocio familiar.
Al escuchar sus palabras, Fu Shiyi tarareó y salió por la puerta, conduciendo directamente a Cultura Shiyi.
En el momento en que entró a la oficina de Jolin, lo notó llorando sin parar y secándose las lágrimas con pañuelos.
—¡Oh, vaya, te ves tan triste! —Fu Shiyi se sentó frente a él, luciendo bastante complacido por su tristeza.
Jolin se molestó al verlo.
