Gu Weiwei. —…
Él debió haber aceptado perdonarles la vida después de terminar la comida, o los hermanos asustados no hubieran aceptado la oferta.
De hecho, merecían el castigo. Podrían haberse mantenido alejados de su hermano pero aún así pensaban en molestarlo y cuando eran maltratados, pensaban en tomar venganza.
Simplemente seguía y seguía en un círculo, pero los dos hermanos parecían sentir que las batallas contra su hermano eran divertidas, así que decidieron seguir corriendo en el círculo todo el tiempo…
—¿Cuánto tiempo espera la abuela que te quedes aquí? —preguntó Fu Hanzheng mientras doblaba el libro.
—Tres días y luego tengo que hacer un programa fuera de la ciudad —admitió Gu Weiwei honestamente.
Con la Abuela Fu cerca, pudo filmar el programa de realidad con suavidad.
Después de que el programa terminara, iba a comenzar también la filmación de Ojos del Águila.
—¿Y yo qué? —Fu Hanzheng se acercó a ella.