—Tú…
Molesta, Gu Weiwei tiró las cosas al basurero, dándose cuenta de que no era ella quien había intentado hacerle algo, sino que ¡realmente era él quien había intentado hacerle algo a ella!
Maldición, debía irse y comenzar con su nuevo trabajo ahora. Era demasiado peligroso quedarse aquí.
—Entonces... si no estuviera en mi período, ¿lo habrías hecho conmigo anoche, verdad?
—Fuiste tú quien dijo que querías comerme, ¡un pedazo de caramelo! —estalló en risas Fu Hanzheng.
¡No tenía idea de que en su mente él aparecía como un pedazo de caramelo!
—Yo…
Al verla sonrojarse de timidez, Fu Hanzheng continuó burlándose de ella.
—Me detuve, pero aún intentaste quitarme el cinturón y querías continuar...
Sintiéndose extremadamente avergonzada, Gu Weiwei se dio la vuelta y continuó haciendo la cama.
—Deja de culparme, ¡cuando tú eres el coqueto!
Fu Hanzheng se acercó a ella y la atrapó en sus brazos, susurrándole al oído: