Temprano en la mañana, Fu Hanzheng se levantó temprano como de costumbre y comenzó a leer el correo de la mañana mientras tomaba café en el comedor.
Gu Weiwei se lavó y también se sentó en el comedor.
—Buenos días.
Fu Hanzheng guardó el periódico y comenzó a desayunar con ella.
—¿Todavía vas a casa de tu amigo esta tarde?
Gu Weiwei asintió mientras tomaba un sorbo de leche caliente.
—Sí, su examen es solo en unos días y necesito ayudarles a practicar el piano. Después de todo, acepté sus honorarios de enseñanza.
—Llámame cuando termines —insistió Fu Hanzheng.
Gu Weiwei se sorprendió. —¿Por qué?
¿No había pospuesto la reunión de ayer para hoy? ¿No iba a estar muy ocupado?
Fu Hanzheng acercó su mano a la boca de ella, limpiando las manchas de leche en sus labios y levantando las comisuras de sus labios.
—Vamos a tener una cita.
Gu Weiwei acababa de recordar cómo había accedido a ser su novia ayer.