—Muchas gracias, les he causado problemas a todos ustedes —dijo Lu Man agradecida, su rostro lleno de aprecio por la enfermera.
La enfermera había visto cómo Lu Man había sido acosada por su propio padre y su madrastra, y Lu Man ya se sentía suficientemente lamentable, pero ahora estaba aún más preocupada por causar problemas en el hospital, por lo que la enfermera sentía que Lu Man lo estaba pasando mal.
Pero ese era un asunto familiar de Lu Man, y no podía inmiscuirse, así que simplemente haría lo que pudiera para ayudar a Lu Man de otras maneras.
—No es nada, dejar que él viniera aquí a armar jaleo también perturbaría el descanso de otros pacientes —dijo la enfermera.
Después de escuchar eso, Lu Qiyuan estaba furioso.
¡Qué clase de persona creían que era él!
Sin embargo, como todavía estaba siendo sujetado por Zhou Cheng, ni siquiera podía decir nada.
Lu Man vio con sus propios ojos cómo Zhou Cheng y Xu Hui habían echado a Lu Qiyuan por la puerta principal del hospital. Lu Qiyuan parecía un desastre, lo cual era fuera de lo común, tenía el cabello desordenado e incluso su ropa estaba arrugada. Nadie que lo viera creería que era el jefe de una gran empresa.
Lu Qiyuan quería señalar a Lu Man y regañarla, pero le importaba más su imagen, y no pudo hacerlo en las concurridas calles.
Sin importarle más, Lu Man se dio la vuelta para regresar al hospital.
Cuando regresó a la habitación del hospital, la enfermera acababa de terminar de revisar la herida de Xia Qingwei.
Al ver que Lu Man había regresado, la enfermera se sintió aliviada:
—No hay nada malo con su herida, está bastante bien.
Después de eso, le dijo a Xia Qingwei:
—Debes controlar tus emociones, no importa cuánto enojo tengas, no puedes ignorar tu propia salud. Tu cuerpo es solo tuyo, no puedes lastimarte por algunas personas, no hay ningún beneficio en eso, y además harás que tu hija se preocupe y se ponga ansiosa.
Xia Qingwei asintió:
—Ahora lo sé, esta vez fui demasiado impulsiva.
—De verdad, muchísimas gracias —dijo Lu Man agradecida.
—No es nada —la enfermera realmente sentía que Lu Man, como una joven, la tenía difícil. Mirando a Lu Man, la enfermera sintió que efectivamente era muy joven. La enfermera recordó que el otro día cuando Lu Qiyuan trajo gente para causar problemas, había escuchado que Xia Qingwei decía que debido a esa hija menor, Lu Qiyuan había obligado a Lu Man a dejar la escuela.
Aunque no le dijo nada a Lu Man en ese momento, cuando volvió, le contó a todos sus colegas por lo que había pasado Lu Man.
—En Internet, la imagen de Lu Qi es la de una heredera de segunda generación adinerada. Sin embargo, su empresa de management ha sido abierta por la familia Lu, y la empresa la tiene a ella como su única celebridad, y a menudo aporta capital para las películas o programas en los que actúa. A pesar de que son tan ricos, todavía obligan a su hija mayor a dejar la escuela solo para ser la asistente de Lu Qi, si esto no es acoso, ¿qué es? —Cuando la enfermera volvió, estaba muy enojada.
—Este Lu Qiyuan debe tener algo malo en su cerebro, incluso escuché que Lu Qi es su hijastra, no su hija biológica, mientras que Lu Man es su propia hija biológica. Aun si tiene algo malo en su cerebro, ¡no puede tratar tan mal a su propia hija biológica! —Un colega dijo conmocionado, encontrándolo increíble que alguien pudiera hacer algo así.
Como el hospital era tan grande, había algunas personas que eran fanáticos de Lu Qi. Sin embargo, después de ver y oír sobre ese incidente ellos mismos, todos dejaron de ser fanáticos de ella.
Actualmente, la discusión de lo que había pasado con Lu Qi estaba intensificándose en Internet, y el personal del hospital estaba usando nombres en línea para exponer lo que había sucedido.
Además, la delación esta vez también incluía a Lu Qiyuan.
Al instante, todo Internet estaba insultando tanto a Lu Qi como a Lu Qiyuan, y no había nadie de su lado.
Sin embargo, Lu Man aún no sabía sobre estas cosas.
Cuando finalmente salió de la habitación del hospital, vio que Zhou Cheng y Xu Hui todavía estaban en la puerta.
Los dos sabían que Lu Man definitivamente tenía algunas preguntas para ellos, por eso se habían quedado allí.
—Gracias por lo que hicieron justo ahora. ¿Van a seguir quedándose aquí? —preguntó Lu Man.
—Sí, el Joven Maestro Han nos pidió que nos quedáramos y nos dijo específicamente que vigiláramos este lugar —respondió Zhou Cheng.
—No los vi hasta justo ahora, ¿dónde estuvieron ustedes? —Lu Man preguntó, extrañada de no haberlos visto cuando escuchó los gritos de Lu Qiyuan.
Al ver que Lu Man no tenía intención de enojarse, Zhou Cheng respiró aliviado y dijo sonriendo:
—Teníamos miedo de que si nos paráramos aquí, les haríamos sentir incómodos a todos ustedes, y también temíamos que nos malinterpretaran, así que hemos estado escondidos cerca todo el tiempo. Igual que ahora, solo habríamos aparecido si algo ocurriera.