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Cuando llegaron a la entrada del Departamento de Emergencias, Lu Man se detuvo de repente. —Señor Han, tenga cuidado en su regreso.
Han Zhuoli levantó las cejas y se rio para sus adentros. ¡Esta chica malvada!
—¿Solo planeas despedirme hasta aquí? —Aprovechando que Lu Man no pudo reaccionar a tiempo, Han Zhuoli sostuvo su mano y la agarró con fuerza.
Por más que Lu Man intentó, no pudo soltarse.
Se rió con sequedad. —Por supuesto que no. Solo lo digo por adelantado.
—Jaja. —Sería una mentira si Han Zhuoli dijera que le creía.
Pero al ver su actitud cínica y sarcástica, Han Zhuoli sintió un dolor en el pecho.
Era su culpa haberse enamorado de ella primero.
Sabía que esta chica era astuta como un zorro, así que tenía que abrir su corazón primero.
Lu Man se sintió un poco culpable por su risa. Tenía ganas de huir de él, pero tenía miedo de ofender a este ser divino.
Finalmente, Han Zhuoli dijo, —Vamos.
Arrastrada por su mano, ambos bajaron los escalones juntos.