Liang Xun, que estaba sentado en el avión, también sentía que el tiempo era muy largo y no podía dormir. Simplemente sacó los documentos enviados por la sucursal de la compañía en el País Y para echar un vistazo.
Después de leer los documentos un rato, miraba su reloj y pensaba en qué estaría haciendo Jing Yao en casa en ese momento.
Eran 13 horas. Cuando llegaran al País Y, podrían almorzar.
Ya era de noche en China, así que Jing Yao ya debía haberse ido a la cama.
Liang Xun dudó por un momento. Sintió que si él fuera el que se quedaba en el país, definitivamente esperaría que Jing Yao lo contactara de inmediato sin importar cuándo llegara.
Liang Xun sacó su teléfono móvil, abrió WeChat y le envió un mensaje a Jing Yao.
Liang Xun: [Ya llegué. Te llamaré mañana por la mañana cuando despiertes.]
Después de enviarlo, no esperó la respuesta de Jing Yao. Apagó su teléfono móvil y le dijo al conductor:
—Ve directo a la compañía.
Gu Yu estaba ligeramente atónito.
