—¡Cállate! ¿Cómo te atreves a hablarle así a tu padre?

—¿Padre? ¿Eres digno?

Shi Qian levantó la vista justo cuando un objeto impreciso fue lanzado hacia ella.

Inmediatamente levantó la mano para bloquearlo, pero aún así llegó un segundo tarde.

¡El cenicero cayó pesadamente sobre su cabeza!

El dolor intenso hizo que su visión se volviera negra.

Entonces un líquido tibio se deslizó lentamente por su frente. La sangre espesa le bloqueó el ojo izquierdo.

—Cuando tu madre se fue contigo, te dije que no le daría ni un centavo. En esos momentos, ella tuvo el coraje de marcharse sin nada. Solo han pasado poco más de diez años. ¿Dónde está ese orgullo ahora? Ahora que no puede vivir sola, ¿piensa que puede venir a mí a pedir dinero? —Lin Shiming miró a Shi Qian con burla.

Frente a él estaba su propia hija.

Pero no había piedad en sus ojos.

—No, Mamá no vino a ti por dinero. Lo hice yo —Shi Qian lo corrigió con firmeza—. Vine a rogarte.

—Ella te envió, ¿no es así? ¿Tiene el descaro de venir a mí?

Shi Qian abrió la boca para discutir.

Al final, se contuvo.

—Sr. Lin, si mi madre no se opera pronto, morirá. Por favor, salve su vida por el bien del Abuelo —La voz de Shi Qian se suavizó.

Guardó su orgullo y su fuerte personalidad.

¡Necesitaba dinero!

Incluso si tenía que mendigar el dinero de rodillas.

No le importaba nada, siempre y cuando salvara la vida de su madre.

—¿Quieres dinero? Puedo sacar un millón, y no solo quinientos mil. ¡Que venga personalmente y me ruegue de rodillas!

Shi Qian apretó las manos en secreto, sus uñas clavándose en la carne de sus palmas.

—Te lo ruego. Estos quinientos mil pueden considerarse un préstamo. Te pagaré cada centavo con intereses —Shi Qian bajó la cabeza de nuevo, rogándole sin dignidad.

Su voz era ahora ronca. Sus labios estaban tan secos que se agrietaron al abrirla.

La sangre fluía hasta la punta de su lengua. Sabía salado y a pescado.

Esperó a Lin Shiming todo el día.

No bebió ni un sorbo de agua ese día.

Para su sorpresa, esto fue lo que obtuvo.

—Si se niega a venir, prepararé un ataúd para ella cuando muera. Esto puede ser una forma de consuelo, ya que fuimos pareja —Lin Shiming le dio a Shi Qian una mirada de disgusto y caminó a su alrededor.

Shi Qian tembló al oír el arranque del motor.

En el segundo piso, una figura estaba de pie en la lujosa escalera de caracol.

Había estado observando el espectáculo durante mucho tiempo.

Lin Qinghe miró a Shi Qian y estaba extremadamente emocionada.

En aquel entonces, cuando ella se paró con cuidado fuera de la villa de la familia Lin y fue maldecida, Shi Qian era una pequeña princesa altiva y poderosa.

¡Nunca olvidaría que Shi Qian llevaba un hermoso vestido de princesa y brillaba intensamente!

Qué vergonzoso fue para ella, la hija ilegítima de una amante, venir a llamar a su puerta.

En ese momento, era como una rata callejera y todos la odiaban.

Hoy en día, lo que va vuelve.

Se convirtió en la hija querida de la familia Lin y la hija del hombre más rico de Ciudad de las Nubes.

En contraste, Shi Qian y su madre cayeron en tal estado.

Si alguien tenía la culpa, era la madre de Shi Qian. ¿Por qué tuvo que divorciarse en primer lugar?

Debería haberlo soportado por un tiempo.

¿Qué hombre en este mundo no engaña?

También tenía que agradecer el divorcio de la madre de Shi Qian.

De lo contrario, nunca habría podido convertirse abiertamente en la Señorita Lin.

Su madre tampoco habría sido nunca la Señora Lin.

Lin Qinghe bajó las escaleras con una expresión de regodeo.

—Shi Qian, mira. ¡Papá se fue por tu culpa! ¿No te da vergüenza? En aquel entonces, tu madre insistió en dejar la familia Lin contigo y cortó todos los lazos con Papá. Incluso tu apellido fue cambiado al apellido de tu madre. ¿Todavía tienes el descaro de volver a la familia Lin a pedir dinero? —Lin Qinghe bajó las escaleras con una expresión de regodeo.