—Había algunas figuras blancas flotando fuera de la ventana —El sonido de palmadas no era el sonido de las cortinas golpeando la ventana, ¡sino que estaban pateando la ventana con sus pies! Emily estaba tan asustada que gritó repetidamente. Se levantó apresuradamente y quiso abrir la puerta para salir, pero sus piernas se debilitaron y se arrodilló. ¡La fractura de su tobillo la hizo gritar!
En el siguiente instante, las figuras blancas fuera de la ventana se acercaron a ella con un zumbido. Pares de ojos muertos como los de un pez la miraban fijamente. Emily gritó asustada:
—¡No! ¡No te acerques! ¡No te acerques!
Emily retrocedió desesperadamente. Su mano tocó de repente algo suave. Cuando giró la cabeza, vio a un niño parado frente a ella.
—Jeje... —El niño se rió entre dientes. Su cabeza se inclinó y cayó.
Emily: "!!!" Un chorro de calor fluyó entre sus piernas, ¡y se orinó encima!