Helena estaba sin palabras. Su actuación fue realmente buena.
El dinero se había caído, así que Emily solo pudo parecer decidida. Le dio al arrendador el alquiler y las facturas de servicios atrasadas durante meses. Cuando el arrendador salió, ella estaba aturdida. ¿Cómo pudo recuperar el alquiler que se debía por unos meses así como así?
El arrendador se fue aturdido.
El corazón de Emily dolía tanto que estaba a punto de sangrar. No había sido fácil para ella ganar una suma de dinero. Originalmente quería usar este dinero para comprar ropa buena, productos de cuidado de la piel y cosméticos... Había sufrido durante tantos años y quería vestirse como una chica normal. Solo entonces sería digna de Jorge.
La madre de Emily preguntó:
—Hija, ¿alguien realmente te dio este dinero?
Emily bajó la mirada para ocultar el brillo de sus ojos.
—Sí, me lo dio una tía rica.