—… —Ryan estaba sorprendido—. Maestro, nuestra misión esta vez es...
—Queremos atraer a alguien. Esta persona ya ha visto a Mia y a mí antes. No podemos aparecer, así que te pedimos que atraigas a la serpiente fuera de su agujero. Recuerdo que eres bastante bueno nadando y has pasado por combate submarino, ¿verdad? —Ryan asintió. Estaba bien con todo eso, pero...
—¿Esa persona me ha visto a mí? —Ryan preguntó en serio—. ¡Todavía estaba pensando en qué enemigo o fugitivo podría hacer que el jefe de familia lo tomara tan en serio!
—No —hizo una pausa Alex.
—… —entonces para qué estaba usando esto, pensó Ryan.
Alex parecía leer sus pensamientos y soltó disparates sin levantar la vista—. Te hice usar esto por tu bien. Para alejar el mal.
—… —¡Muchas gracias! —exclamó Ryan con ironía.
El yate salió del río y se balanceó lentamente sobre el río.
—¿Y ahora qué hago? —Ryan preguntó con curiosidad.