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La señora Walton se revolvía en la cama, incapaz de conciliar el sueño. Simplemente se levantó y bajó a preparar el desayuno.
La noche pasó, y muchas personas no se despertaron temprano al día siguiente. Jorge estaba bien. Estaba acostumbrado a acostarse tarde y despertarse temprano, así que igual se levantó.
El señor Walton se refrescaba mientras bebía té del tarro de té. Regañó con cara seria —¿Eric todavía no se ha levantado? William y Lucas tampoco. ¿Han aprendido a dormir hasta tarde de Harper? ¿Dónde está Alex?
Jorge tomó un sorbo de té fuerte para refrescarse y dijo —Salí a correr.
El señor Walton bufó —¿Andrés fue al servicio de urgencias otra vez en medio de la noche, cierto? Era comprensible que se despertara tarde, pero los otros niños estaban en su mejor momento. Todos estaban durmiendo hasta tarde.
Jorge ni siquiera levantó la vista —Mia tampoco se ha levantado.
La boca del señor Walton se movió —No importa si Mia no se levanta. Las chicas