Elmer se burló:
—Así que no tienes que usar a tu hijo como excusa. Solo quieres volver porque no has vivido lo suficiente. Escondiste ese dinero para el resto de tu vida, pero no tuviste la oportunidad de disfrutarlo cuando eras mayor. Quieres volver y disfrutarlo antes de estar dispuesta a marcharte.
La anciana en la mortaja parecía haber sido expuesta. Mientras recogía sus dientes postizos, se justificaba:
—No, solo que no tuve tiempo de decirlo. No tuve tiempo de decirlo...
Amelia entendió. Ordenó su lógica poco a poco:
—Porque todavía tienes mucho dinero que no has gastado, no quieres irte y no visitas a tu hijo en sus sueños. Es porque quieres volver y gastar ese dinero tú misma, así que... ¿quieres arrebatar el cuerpo de mi madre, verdad?
La anciana en la mortaja estaba ansiosa: