—Amelia se recostó y dijo: "Papá, agarra bien a tu hermano. Voy a contar hasta tres y juntos tiraremos hacia atrás." Dicho esto, gritó con voz profunda: "¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Vamos!"
Todo el mundo abrió los ojos cuando vieron esta extraña escena. —¿Qué... qué estaba pasando?
—No, no me voy a ir. ¡Yo también quiero renacer! ¡Quiero que mi alma también pase! —gritó el fantasma malicioso en rojo. Era como un parásito, buscando desesperadamente entrar en el cuerpo de William. ¡Debido a su obsesión con el renacimiento, el aura asesina en su cuerpo aumentó enormemente!
—¡Lucha, lucha, lucha! ¡Te mataré! —gritó Amelia también enfadada. Cuando se enfadaba, no podía controlar su fuerza e iba con todo. Una luz invisible se expandió instantáneamente. Por alguna razón, a todos les dolían los ojos, como si les hubieran salpicado agua caliente. Eric retrocedió subconscientemente.
—Joven... pisaste mi pie... —dijo una voz débil viniendo detrás de Eric.