—El corazón de Helena se calentó. Aunque no los conocía, o más bien, acababa de conocerlos, se sentía como si hubiera estado con ellos por mucho tiempo. Este "hermano" suyo parecía quererla de verdad, y su hija...
Helena respiró hondo y sonrió con facilidad. —¡Está bien, vamos juntos!
Elmer miró al motivado grupo de personas y se quedó sin palabras por un momento. Abrió el libro y murmuró mientras escribía unas líneas en él. De repente, William preguntó:
—Eh... Tengo otra pregunta. ¿Por qué hay tantos fantasmas alrededor de Tía?
Eric se quedó atónito. —¿Fantasmas? ¿Cómo es eso? —No había muchos fantasmas. No había visto ninguno en el VCR.
William asomó la cabeza y miró a su alrededor. Se dio cuenta de que el grupo de fantasmas que había visto mientras comía parecía haber desaparecido. Mientras Elmer escribía en el cuadernillo, dijo: