—¿No están siendo un poco precipitados? —exclamó Elmer—. ¿No van a escucharle?
Elmer estaba a punto de decir algo cuando Amelia de repente señaló a Alex
—Hermana, este es mi papá. Si tú eres mi hermana, mi papá es tu papá. ¡Hermana, llámalo Papá!
¡Helena escupió un bocado de helado!
La boca de Alex se crispó
—No hay necesidad. No quiero una hija de esa edad.
Helena miró a Alex
—Um... hola, hola... esto... ¿hermano?
¡Pensó que este hombre era el amo del niño! Ahora, ¿cómo debía dirigirse a él!
Antes de que Alex pudiera hablar, Emma gritó
—¡No, no puedes llamarlo Hermano! ¡Tienes que llamarlo Papá! El Papá de Papá es Abuelo, la hermana de Papá es Tía, ¡y el Papá de las hermanas es Papá!
Amelia hizo eco
—¡Sí, sí, sí!
Helena
—Esto es ridículo. Solo la reconocí casualmente como mi hermana. ¿Cómo acabé reconociendo un padre para mí?
De repente, Amelia frunció el ceño
—No, no, mi papá no dio a luz a Hermana. ¡No puedes llamarla Papá!