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El fantasma femenino abrazó su cabeza. El momento en que me bajé del avión, sentí que todo era maravilloso. El aire en los países extranjeros es mucho más fresco que en este país...
—... —Amelia estaba un poco enojada.
Amelia apretó los labios. Aún era una niña y no sabía mucho sobre lógica. Sin embargo, subconscientemente sintió que estaba mal abrazar la cabeza del fantasma femenino. Ella preguntó:
—Si tomas el dinero de tu padre para el tratamiento, ¿qué le pasará a tu padre?
El fantasma femenino abrazó su cabeza y se detuvo.
—El dinero de mi padre es mío. ¿Por qué debería él gastar mi dinero sin mi permiso? Además, ¿crees que él solo tiene esa cantidad de dinero? ¡Debe tener más dinero, pero simplemente no me lo da!
Todos se quedaron sin palabras.