—¿Qué clase de combinación era esta? La mayor estaba tomando medicinas al lado, y ¿la menor estaba charlando con ella? —miró a Amelia y preguntó con curiosidad—. Hola, Mia. ¿Por qué me buscas?
—Tía, Mia está aquí para ayudarte a atrapar... —la cara de Amelia se puso seria.
—¿Estás dejando que tu boca se desboque? No se trata de atrapar fantasmas, sino de ayudarla a deshacerse de su mala suerte. —Elmer tapó la boca de Amelia.
—¡Mia está aquí para ayudar a la Tía a deshacerse de su mala suerte! —Amelia contuvo la respiración y cambió sus palabras.
—… ¿Los niños de hoy en día son tan jóvenes y ya piensan que son estafadores? —Ashley rápidamente movió su mano—. Eh, no es necesario. Estoy bien...
—Tía Ashley, ¿te sientes tan cansada últimamente que no puedes hacer nada? —Amelia preguntó directamente.
—Sí, pero… esto es normal, ¿verdad? —Ashley hizo una pausa por un momento y dudó—. En la sociedad moderna, el ritmo es rápido y la presión alta. ¿Quién no pasaba por esto?