Los padres alrededor miraron al profesor de francés al unísono. La cara del profesor de francés estaba llena de vergüenza. Este sentimiento era el mismo que cuando echaba a los estudiantes de la clase. Era embarazoso e incómodo.
—¡El profesor de francés huyó! —Jorge hizo más que eso. No solo fue expulsado el profesor de francés, sino que también se le revocaron sus credenciales de enseñanza de acuerdo con la ley. Podía olvidarse de trabajar en el aula en el futuro.
Jorge abrazó a Amelia y la protegió con sus amplios hombros. Sus pasos no eran ni rápidos ni lentos. William y Lucas lo seguían atrás. William seguía con una expresión sombría, cargando la pequeña mochila escolar de Amelia.
—Amelia quería decir algo pero dudaba. —Tío Mayor… En realidad, Mia no fue castigada a estar de pie por mucho tiempo. —¡Por el contrario, había salido con el Hermano William a comer mucha comida deliciosa!