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Chapter 3 - LA GRIETA DE LA AMBICIÓN

Irina, una mujer delgada, bendecida con un pelo largo lacio y marrón claro, se encontraba corriendo por lo que parecía ser un laberinto. Esta chica llevaba puesta una vestimenta bastante única: una falda roja con adornos negros y una camisa corta negra que hacía relucir su pecho. También gozaba de una piel blanca jade, y sus aretes hechos de oro tenían forma de estrellas y brillaban incluso en la oscuridad.

Irina corría de una manera profesional y delicada, como si fuese una excelente corredora entre nobles. Si esta mujer no tuviese dos dagas largas, una en cada mano, fácilmente la podrías confundir con alguien de la realeza que se había perdido en la grieta y buscaba apresuradamente la salida. Este es el estereotipo de mujer que aparenta, que nunca en su vida ha tocado un cuchillo, ni siquiera de cocina. Menos parecía ser diestra con dagas en defensa o ataque.

**¡Cataplum!** Cae Irina al suelo y golpea su cara contra el suelo, que es un pavimento de rocas, arena y monte. Irina levanta su cabeza y ve algo borroso, no por el golpe, sino por la tierra que entró en sus ojos al caer.

**Goteo, goteo...** Sangre caía de su nariz. Irina intentó levantarse y no tuvo éxito. Sus piernas estaban enredadas con una boleadora, que estaba hecha con piedras de tamaños distintos. Parece que fue construida de ese modo para ser lanzada y enredar al adversario sin causar daños, o al menos sin que, al atrapar a la presa, una siga girando para envolver al objetivo mientras que la otra piedra hace de eje.

Por suerte, no hubo daño directo de la boleadora. Quizás debió hacerle caso a sus sentidos y esquivar dicho instrumento, pero no pensó que algo como eso pudiese ser un arma tan eficaz. Y, de hecho, no lo era. Lo realmente asombroso era el que tenía la técnica para realizar dicho movimiento con la boleadora. Sería un profesional en ello.

Volteó y comenzó a desenredar la boleadora. Al frente, no muy lejos, se encuentra con la mirada de un hombre cuyo caminar y la misma expresión eran cínicos. Adicionalmente, corrió hacia donde ella estaba y, para más leña al fuego, se estaba riendo. Ese sujeto no podía ser considerado un posible aliado, pensó Irina.

Desenredó sus piernas de la boleadora y retiró la soga de sus delgadas piernas frágiles y apenas sucias por la caída, puesto que el polvo y la suciedad no parecían ser muy amigos de Irina.

El hombre, al estar a aproximadamente 5 metros de ella, disminuyó su velocidad considerablemente, hasta caminar de manera normal y tranquila.

—Jejeje —ríe el hombre de manera falsa y sonríe, mostrando su dentadura.

Irina pudo apreciar sus dientes amarillos y de lo que parecía ser cobre. La mayor parte de su dentadura estaba conformada por dientes de cobre, y el resto, amarillos. ¿Sería por el cigarro o algún otro químico con que quedó así? Pensó Irina.

—Así que tú eres la sensual condesa del semirreino militar. ¿Quién diría que tendría la suerte de encontrármela en esta grieta de baja categoría? Eres muy famosa, incluso aunque tu casa cayó en ruinas y nadie sabe cómo sobreviviste. Y mírate aquí, en un lugar tan bajo como lo es la grieta de la ambición.

Irina se levanta muy lentamente y sacude lo que sería el polvo, suponiendo que había a nivel microscópico. Recoge sus dagas y las coloca en su cintura, una por cada lado de ella.

—Me llamo Rick —dice el sujeto.

—¡Yo seré quien te derrote! —dice el sujeto.

—¿Cómo sabes cuál es mi nombre? Solo diré que es Lux Yner, y no Irina.

Irina...

—¿Quién te dio esa información? Ese es mi apodo, y aunque fuese la condesa, ¿cómo piensas derrotarme? Con insultos no creo que eso sea posible. ¿O es que todos los participantes de la grieta de la ambición son todos unos habladores? —dice Irina con voz burlona.

La sonrisa tan vivaz de Rick fue suplantada por una de disgusto.

—Solo eres un bandido más. Nadie te dio permiso de llamarme por mi apodo, Lux Yner —dice Irina con una expresión arrogante.

Rick entra en furia y, en un ataque de ira, se abalanza corriendo hacia Irina.

—¡Ahhhhh!!!! ¡Te vas a arrepentir! ¡Lux Yner, maldita zorra! —dice Rick.

Irina estaba quieta en su mismo lugar y posición mientras se acercaba Rick de manera frenética. Apenas y parpadeaba mientras observaba los movimientos de ese sujeto.

Rick movió sus manos hacia atrás, e Irina lo encontró muy sospechoso. Infinidad de posibilidades y dudas de por qué lo hizo brotaron en ella.

**¡Ssssswwww!** Segundos después, el sujeto mueve sus manos velozmente hacia adelante, y sale un misil disparado a la cabeza de Irina. Se trataba de una piedra que sacó de un bolso que llevaba atrás de él en la cintura.

El misil llevaba consigo una fuerza grande como para partirle la cabeza a cualquier fuerte guerrero, pero no a Irina, que no era tan mortal. Sin embargo, si le daba, le causaría daños graves.

Rick, al lanzar la piedra, corrió con más fuerza. Era un plan doble o estrategia doble: si esquivabas o fijabas tu atención en uno, el otro te tomaría por sorpresa.

Rick no era partidario del feminismo ni del machismo, tampoco de las edades. Su presa era cazada con toda su tabla de ajedrez en juego. Este no mostraría piedad por Irina ser mujer.

Su plan era que la piedra golpeara el rostro de Irina para después tumbarla al suelo, terminando con ella moliéndola a golpes hasta dejarla inconsciente.

Irina gira su espalda hacia atrás y hace lo que comúnmente llaman el puente. Esquiva la piedra, y su cuello y espalda estaban girados hacia atrás. Ella tenía mucha elasticidad y agilidad, así que, con el mismo impulso, con las manos hizo un salto mortal hacia atrás, con tanto impulso que estaba en el aire, derecha, viendo hacia Rick, suspendida como 1 metro en el aire. Era como ver a una inigualable deportista.

Al Irina abrir los ojos, Rick estaba con una cara de incredulidad. No podía creer lo que estaba viendo, y aún seguía corriendo, e Irina aún estaba cerca.

—¡Mi oportunidad! De golpearla antes de que caiga al suelo —dice Rick.

Irina, en ese instante, movió su pierna izquierda, girándola hacia atrás con el talón. El movimiento hizo girar su cuerpo de forma diagonal y, al mismo tiempo, dibujando un arco diagonal que dio belleza al movimiento extremadamente pulido.

**¡Pumm!** Un golpe de gran magnitud fue proporcionado a la cabeza de este individuo por el talón izquierdo de Irina, que impactó en la cabeza de Rick.

Rick cayó al suelo y quedó inconsciente, aparentemente.

Irina recobró su postura e inhaló y exhaló.

—De alguna manera, este sujeto me reconoció. ¿Cómo fue eso posible?

Esta husmeó en las pertenencias de Rick. Necesitaba encontrar algo que la llevase a la conclusión de por qué él sabía que era la Lux Yner del semirreino militar, la condesa, y no cualquier otra.

Al revisar la mochila, encontró puras piedras de tamaños distintos y colores casi todos parecidos.

—Este sujeto definitivamente tiene un fetiche con las piedras, o en su anterior vida le lanzaba cotufa a los aviones —piensa Irina.

—De igual manera, nadie le va a creer, o eso pienso, porque si varios lo saben, debo estar perfil bajo o con otra apariencia.

Al dársela vuelta para irse, escucha un sonido de atrás. Evidentemente, el sujeto Rick había despertado.

—Parece que decían la verdad. La condesa es sumamente fuerte, pero no soy el único que sabe de tu identidad. El semirreino militar pagará grandes sumas de dinero por tu cabeza —dice Rick.

—¿Cómo estás tan seguro que no te equivocas de persona? —dice Irina.

—Jejeje, eso no es importante —responde esquivando la pregunta Rick.

Irina...

—No tienes ni la fuerza de voluntad para matarme. Claramente eres débil. Menos podrás con las personas que me contrataron.

Irina aún no había girado el rostro hacia Rick. Ella cierra los ojos para así preguntar:

—¿Cuántos saben de esto en este país?

—Jajajaja. Sabes perfectamente que la familia que te acogió en este país fue la que te vendió por una gran suma de dinero. Luego, a su vez, ellos me contrataron. Más que el semirreino militar contratará aun más gente. ¡Estás perdida, condesa sin reino!

Irina voltea, abriendo los ojos hacia donde está Rick en el piso, sentado con la cabeza casi que rota por la patada. Sonríe levemente y añade:

—Entonces, si ya conoces mi identidad, no tengo por qué contenerme. ¡No me contendré! Te mataré a ti y a cualquier otro que conozca mi rostro.

El rostro de Rick se volvió pálido por un instante, luego recobró la compostura después de unos segundos.

—¡Eres una mentirosa! No lograrás engañarme —dice con voz nerviosa y temblorosa, en posición defensiva con sus manos.

—¡No te tengo miedo!

**Goteo, goteo...** Sangre negra comenzó a salir de los ojos del sujeto Rick.

—¡Aaaaaahh!!! ¿Qué me pasa? ¡Me duele! ¿De dónde sale toda esta sangre negra?

Rick se toca el rostro. Mediante el tacto, logra sentir que se desbordaba de sangre de los ojos, nariz y oídos. La sangre se derramaba muchísimo.

Irina le comenta:

—Tranquilo, todavía no ha empezado el dolor —mientras ríe felizmente, como si ella estuviese viendo algo de comedia.

—¡Ayúdame! ¡Me rindo! ¡No iré más por tu cabeza! —dice Rick.

La sonrisa de Irina es amplia al estar viéndolo directamente a los ojos. Rick palidece.

El corazón de este sujeto se tiñe de negro, el cual es el color del miedo, al ver esos ojos marrones claros que se agrietan de rayas rosadas, extendiéndose por todo el iris hasta sobresalir de lo claro, como una raíz. Al terminar de extenderse, estas alumbran con un brillo más vivo, como si las grietas rosadas cobraran vida dentro de los ojos de Irina, creando una escena bella y deslumbrante, pero para Rick, terrorífica.

El sujeto entra en shock.

—¡Aaaaaaahhhhhh, nooooo! ¡Bastaaaa! ¡Yaaaaaaa!

Después de una sacudida de no más de 5 segundos, se desmayó.

**¡Plof!**

Irina cayó de rodillas, jadeando lentamente, al contrario de la agitación que tenía su cuerpo y lenguaje corporal.

—Con esto, ese tal Rick ya no recordará nada de lo que ha vivido, por lo menos en 1 año, calculando —dice Irina.

Mientras las grietas rosadas en sus ojos van contrayéndose en una mini raíz al centro del ojo hasta extinguirse.

Esa raíz solo se notaba cuando utiliza su sangre, o mejor dicho, su habilidad sangrienta, o en el caso de esta habilidad en especial: **¡Conexión sangrienta!**

Irina estaba ensimismada en sus pensamientos.

—Aunque me hayan vendido las personas que me acogieron, no tiene sentido que me identifiquen. ¿Cómo este sujeto me identificó? No es del semirreino militar, eso con solo verlo lo sé. Además, ellos tienen prohibida la entrada al país de los exiliados.

—¡Espera un momento! Este sujeto se guió por mi apariencia. El sujeto no estaba seguro ni le interesaba si yo era o no la condesa. Su objetivo era atraparme. Quiere decir que solo descubrió que yo era la condesa porque nunca lo negué rotundamente. Además, reaccioné al nombre Lux Yner.

—Él no era muy coherente. Seguro ya había dado por hecho que soy la condesa. O sea, que mis familiares, por apariencias, le informaron que participaría acá y debieron darle mi descripción física.

—¿Y si se equivocaba y no era la condesa? Entonces hubiese sido recompensado por el semirreino militar. Realmente no le importaba que fuese la condesa, sino parecida. ¿El semirreino militar está pagando porque les traigan las cabezas de mis semejantes en apariencia física o habilidad destacable con mis características? Esto se está saliendo de control.

—¡Haaaaa! Igual tengo que ganar la grieta de la ambición porque no tengo demasiado dinero para darle un golpe de estado. Yo solo vivo para destruir al semirreino que mató a toda mi familia. ¿Vengarme? Eso no describiría lo que tengo planeado. Se los haré a todos los que me hicieron daño a mí y a mi familia.

Irina iba caminando por el bosque y subió a un árbol.

—Al parecer, soy la primera en la grieta o la más cerca a la meta, pero estoy cansada. Ya es de noche. Si hay alguien más que quiera venir por mi cabeza, o quizás son muchos, estaré en desventaja. Así que dormiré en este árbol por hoy. Igual son como 100 metros de bosque y aproximadamente 500 metros de pavimento antes de llegar al castillo del coliseo, el cual están todos esperando a ver al ganador.

—La grieta de la ambición la monitorean todos desde una televisión u hologramas, pero solo graban algunos puntos con drones. Otros no, porque suponen un peligro. La mayor audiencia que paga en el coliseo es para ver los eventos, y el pavimento es de las cosas que más están atentos. También hay telescopios o cámaras de acercamiento cerca de la meta.

—Solo hay un ganador, pero los que no ganan se les proponen una batalla campal en el coliseo (excluyendo si un grupo llega cerca del mismo tiempo del ganador). A estos se les da un premio menor, y si quieren continuar con la batalla campal, estos no reciben nada.

—En 24 horas después de la llegada del primero, a los otros se les envían equipos de rescate.

Mientras Irina está durmiendo, escucha un grupo escandaloso de aventureros. Era un grupo de 5 personas, todas distintas una de otra.

—Vamos de primero. Caminemos por la noche, así ganaremos sin duda —dice uno de ellos.

—Hay que dejar a las mujeres atrás —dice uno, y el otro estuvo de acuerdo.

Kevin, un sujeto con una cota de malla y una calva que lo define, dice:

—¡Somos un equipo! ¿Por qué ahora no las necesitamos demasiado? No significa que no aporten. Es más, sin ellas no estaríamos aquí.

—Neri y Franc, sean hombres. Estén de parte de las mujeres.

A esos dos no les agradó el comentario, así que dijeron:

—Pero ellas son solo para entretenernos. Unas mujeres no nos aportan más sino placer.

—¡Guarden silencio! —dice Kevin, muy asustado de que las chicas escuchasen.

Una chica de cabello escarlata y ojos azules aparece, y este le comenta que no les haga caso a esos idiotas.

—¡Ah! ¿De qué cosa me habla, señor Kevin?

—Hablan de mí, ¿o es que no les agrada Yeli? —dice la chica.

—¿Yo qué? —dice Yeli, una mujer de piel morena y cuerpo muy sexy.

—No sé qué estaban diciendo, pero sujeten sus lenguas, usados del diablo —les dice a todos los hombres con un fuego en sus ojos, mostrando unos aspavientos que generaban miedo.

Todos se callaron y continuaron caminando.

—Ah, esa velocidad. Apenas y saldrán del bosque en un buen rato. Mejor solo los dejo ser para después rebasarlos corriendo. Mientras, dormiré algo.

**Irina: Zzzzzzzzzzz...**