Chereads / El Despertar Del Héroe Olvidado / Chapter 3 - capítulo 03 secretos y sombras.

Chapter 3 - capítulo 03 secretos y sombras.

Los días se convirtieron en semanas, y Ryu se sumergió de lleno en su entrenamiento. Cada mañana comenzaba con lecciones de magia bajo la tutela del Archimago Eldrith y otros maestros del Gremio. Las tardes estaban dedicadas al entrenamiento físico y combate con Thorne, y las noches las pasaba estudiando la historia y cultura de este nuevo mundo.

Poco a poco, Ryu empezó a ver progreso.

Las llamas que antes apenas podía conjurar ahora danzaban obedientes entre sus dedos. Su manejo de la espada, aunque aún lejos de ser perfecto, había mejorado lo suficiente como para mantener un combate decente contra los otros aprendices.

Una mañana, mientras practicaba un nuevo hechizo de tierra en uno de los jardines del Gremio, Lirael se acercó a él con una expresión seria.

"Ryu, el Consejo de Sabios quiere verte", dijo, su voz teñida de preocupación.

El joven invocado frunció el ceño. "¿El Consejo de Sabios? ¿Quiénes son?"

"Son los líderes de las diferentes facciones de nuestro mundo", explicó Lirael mientras lo guiaba hacia el interior del Gremio. "Rara vez se reúnen, y nunca habían solicitado la presencia de un Invocado tan pronto en su entrenamiento".

Ryu sintió un nudo en el estómago. ¿Había hecho algo mal? ¿No estaba progresando lo suficientemente rápido?

Llegaron a una gran puerta de roble tallada con símbolos arcanos. Lirael le dio un apretón reconfortante en el hombro antes de empujar la puerta.

La sala del consejo era circular, con altos ventanales que dejaban entrar la luz del sol. Alrededor de una mesa redonda estaban sentados siete individuos, cada uno tan diferente del otro como el día y la noche.

Ryu reconoció al Archimago Eldrith, quien le dedicó un asentimiento alentador. Los otros eran completamente desconocidos: una mujer con piel de corteza y cabello de hojas, un hombre de piel azul con branquias en el cuello, un ser etéreo que parecía estar hecho de luz pura, y otros igualmente asombrosos.

"Ryu Tanaka", habló una voz profunda y resonante. Provenía de una figura imponente envuelta en sombras, con ojos que brillaban como estrellas en la oscuridad. "Bienvenido. Soy Nox, representante del Reino de las Sombras".

Ryu hizo una reverencia torpe, sin saber cómo dirigirse a seres tan poderosos.

"Te hemos convocado", continuó Nox, "porque la situación es más grave de lo que imaginábamos cuando fuiste invocado".

La mujer de piel extravagante se inclinó hacia adelante, con sus ojos verdes brillando en preocupación. "Las fuerzas de la Corrupción se están moviendo más rápido de lo previsto. Aldeas enteras han sido consumidas por la oscuridad en las últimas semanas".

"Pero... ¿qué es exactamente esta Corrupción?", preguntó Ryu, sintiendo que finalmente podría obtener algunas respuestas.

El ser de luz pura habló, su voz como el tintineo de campanas de cristal. "La Corrupción es un mal antiguo, una fuerza que busca sumergir todo en el caos y la destrucción. Por milenios ha estado dormida, pero ahora ha despertado, más fuerte que nunca".

Ryu asintió lentamente, tratando de procesar la información. "¿Y se supone que yo debo detenerla? ¿Cómo?"

El Archimago Eldrith se levantó, caminando hacia un pedestal en el centro de la sala. Con un gesto de su mano, una imagen tridimensional apareció sobre él, mostrando un mapa del mundo.

"Según las antiguas profecías", explicó, "el Invocado debe reunir cinco artefactos sagrados, dispersos por los cinco reinos. Juntos, estos artefactos tienen el poder de sellar la Corrupción una vez más".

Puntos de luz brillaron en el mapa, indicando la ubicación de los artefactos. Ryu los estudió, notando que estaban en los rincones más alejados y peligrosos del mundo.

"Pero aún no estoy listo", protestó Ryu. "Apenas puedo mantener un duelo de práctica, ¿cómo se supone que voy a enfrentar peligros reales?"

Nox se levantó, su presencia llenando la sala. "No tienes opción, joven Invocado. El tiempo se agota. Debes partir mañana al amanecer".

Ryu sintió que el pánico lo invadía. "¿Mañana? Pero..."

"No irás solo", interrumpió la mujer de piel de corteza. "Cada reino proporcionará un guardián para acompañarte en tu misión. Ellos te guiarán y protegerán mientras continúas tu entrenamiento en el camino".

El Consejo procedió a presentar a los guardianes elegidos. Además de Lirael, quien representaría al Reino de la Luz, estaban: Zephyr, un ágil guerrero del Reino del Aire; Naia, la aprendiz de magia acuática que Ryu había conocido en su primer día; Gaia, una druida del Reino de la Tierra; y para sorpresa de Ryu, Thorne, representando al Reino del Fuego.

"Esta misión no será fácil", advirtió el Archimago Eldrith. "Enfrentarán peligros más allá de su imaginación, y la Corrupción hará todo lo posible por detenerlos. Pero si tienen éxito, salvarán no solo este mundo, sino todos los mundos conectados, incluido el tuyo, Ryu".

El peso de la responsabilidad cayó sobre los hombros de Ryu como una losa. Miró a sus nuevos compañeros, viendo una mezcla de determinación y aprensión en sus rostros.

"Yo... haré mi mejor esfuerzo", dijo finalmente, su voz más firme de lo que se sentía.

El Consejo asintió con aprobación. "Ve ahora", dijo Nox. "Prepárate para el viaje. Que la luz de los antiguos te guíe".

Ryu salió de la sala del consejo con la cabeza dando vueltas. Lirael y los demás guardianes lo siguieron en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos.

"Bueno", dijo Naia finalmente, rompiendo el silencio, "supongo que deberíamos empezar a empacar".

Ryu pasó el resto del día en un torbellino de actividad. Le proporcionaron una mochila encantada que podía contener mucho más de lo que su tamaño sugería. La llenó con provisiones, pociones curativas, y algunos libros básicos de magia y estrategia.

Mientras empacaba, no pudo evitar pensar en su hogar, en su mundo. ¿Cuánto tiempo había pasado allí? ¿Alguien habría notado su ausencia? La idea de que la Corrupción pudiera alcanzar su mundo le heló la sangre.

Al caer la noche, Ryu subió a lo alto de una de las torres del Gremio. Desde allí, podía ver toda la Ciudad de las Torres Resplandecientes, brillando bajo la luz de las tres lunas de este mundo.

"Es hermoso, ¿verdad?", dijo una voz detrás de él. Ryu se volvió para ver a Lirael, quien se unió a él en la barandilla.

"Sí, lo es", respondió Ryu con un suspiro. "Lirael, ¿crees que realmente puedo hacer esto? ¿Qué tal si fallo? ¿Qué tal si no soy el héroe que todos esperan?"

Lirael lo miró con una mezcla de compasión y determinación. "Ryu, nadie espera que seas perfecto. Lo que importa es que lo intentes, que des lo mejor de ti. Y no estarás solo. Todos nosotros estaremos contigo, apoyándote en cada paso del camino".

Ryu asintió, sintiéndose un poco más tranquilo. "Gracias, Lirael. No sé qué haría sin ti".

Permanecieron en silencio por un momento, contemplando la ciudad. Finalmente, Lirael habló de nuevo. "Deberías descansar. Mañana será un día largo".

Ryu asintió y se dirigió hacia la puerta, pero se detuvo antes de salir. "Lirael", dijo, volviéndo su mirada hacia ella, "pase lo que pase, estoy agradecido de haberte conocido".

La hechicera sonrió, un ligero rubor tiñendo sus mejillas plateadas. "Y yo a ti, Ryu. Ahora ve a dormir. El destino nos espera al amanecer".

Esa noche, mientras yacía en su cama, Ryu no pudo evitar pensar en todo lo que había cambiado en tan poco tiempo. Hacía apenas unas semanas, era un oficinista aburrido en un mundo monótono. Ahora, estaba a punto de embarcarse en una misión para salvar no uno, sino múltiples mundos.

El miedo y la duda aún estaban allí, acechando en los rincones de su mente. Pero junto a ellos, crecía algo más: determinación. Determinación de no decepcionar a quienes habían depositado su fe en él, de proteger este mundo hermoso y extraño que había llegado a apreciar, y tal vez, de convertirse en el héroe que todos creían que podía ser.

Con estos pensamientos, Ryu finalmente se quedó dormido, soñando con aventuras que estaban por venir y peligros por enfrentar. Mañana, al amanecer, comenzaría el verdadero viaje del héroe invocado.

Mientras tanto, en las sombras de la ciudad, figuras oscuras se movían sigilosamente. Una voz siseante susurró en la oscuridad: "El Invocado parte mañana. Preparen la emboscada. No debe llegar al primer artefacto".

La Corrupción ya estaba haciendo sus movimientos, y la verdadera prueba de Ryu estaba a punto de comenzar.

Fin del capítulo