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Chapter 4 - las amenazas malvadas viene de todos los tamaños.

El sol se alzaba en el horizonte, bañando el bosque en un suave resplandor dorado. Sirius Tenebris, Lilit Blackwich y Hinata Hyuga avanzaban por un sendero serpenteante, rodeados de árboles altos que parecían susurrar secretos antiguos. Había pasado un mes desde que Hinata fue invocada a este mundo, y su adaptación había sido sorprendentemente fluida. Con la ayuda de Lilit, había aprendido a abrazar su nueva vida y a aceptar el amor que le ofrecían.

Sirius caminaba al frente, su porte imponente y sereno inspiraba confianza. A su lado, Lilit sonreía con dulzura mientras intercambiaba miradas cómplices con Hinata, quien ahora mostraba una actitud más atrevida y decidida. La joven kunoichi había florecido en este nuevo entorno, dejando atrás la timidez que la caracterizaba.

"Recuerda, Hinata," dijo Lilit con voz suave, "mantén tus sentidos alerta. Aunque el camino parece tranquilo, nunca se sabe cuándo podría aparecer un bandido o una criatura del bosque."

Hinata asintió, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. Había entrenado junto a Sirius y Lilit en combate, pero cada encuentro con lo desconocido aún le provocaba un cosquilleo en el estómago. A medida que avanzaban, el sonido de risas y conversaciones llenaba el aire; los comerciantes que escoltaban llevaban mercancías variadas: telas brillantes, especias exóticas y herramientas útiles para la vida cotidiana. El ambiente era festivo, pero la precaución siempre estaba presente.

De repente, un grupo de bandidos apareció entre los árboles. Sus rostros eran feroces y sus intenciones claras. Sirius se detuvo en seco, su mirada se volvió fría como el acero.

"Lilit, cúbrelos," ordenó Sirius mientras desenfundaba su espada con gracia.

Lilit levantó una mano y murmuró un encantamiento. De las sombras emergieron criaturas oscuras que rodearon a los bandidos, desorientándolos momentáneamente. Hinata observó con admiración cómo su hermana de harem conjuraba magia poderosa. Con movimientos fluidos y precisos, Sirius se lanzó hacia adelante. Su cuerpo era una danza mortal; cada golpe era certero y letal. Los bandidos no tuvieron oportunidad contra él.

Mientras tanto, Hinata se unió a la lucha con determinación renovada; sus habilidades de taijutsu brillaban mientras esquivaba ataques y contraatacaba con rapidez. En cuestión de minutos, los bandidos fueron derrotados. El silencio regresó al bosque mientras los comerciantes respiraban aliviados.

"¡Increíble!" exclamó uno de ellos. "¡No sé qué haríamos sin ustedes!"

Sirius sonrió levemente mientras limpiaba su espada.

"Es parte de nuestro trabajo muchachos."

Continuaron su viaje sin más interrupciones. El camino se tornó más despejado a medida que se acercaban al pueblo vecino llamado Santa Leona. Las casas comenzaron a aparecer entre los árboles; sus techos de paja y teja brillaban bajo la luz del sol. Finalmente llegaron a las puertas del pueblo. La bulliciosa plaza estaba llena de vida: vendedores pregonando sus productos, niños corriendo y riendo por doquier.

Sirius miró a sus esposas con satisfacción.

"Hemos llegado," anunció. "Ahora es momento de disfrutar lo que Santa Leona tiene para ofrecer."

Hinata sonrió tímidamente mientras Lilit le daba una palmadita en la espalda."relajarse Hinata, primer cobremos y luego nos divertimos". La bruja oscura sonreía mietras sus amantes le sonreían.

Una vez que entregaron la misión en la sede del gremio, Sirius, Lilit y Hinata se dirigieron a la plaza central de Santa Leona. La atmósfera era festiva; el pueblo celebraba su festival anual, y las calles estaban adornadas con banderines de colores y luces brillantes. El aroma de comida deliciosa llenaba el aire, y risas resonaban por doquier.

"Bien, ¿qué les parece si disfrutamos un poco antes de regresar a casa mis señoras?" sugirió Sirius, su voz llena de entusiasmo.

Lilit asintió con una sonrisa traviesa. "¡Definitivamente! He oído que hay juegos divertidos por aquí."

Hinata miró a su alrededor, sintiéndose emocionada pero un poco abrumada por la multitud. "Me encantaría probar algunos juegos", dijo tímidamente.

Los tres se adentraron en el bullicio del festival. Participaron en varios juegos sencillos: lanzando anillas, compitiendo en carreras de sapos y disfrutando de dulces típicos. Sirius no escatimó en mimos hacia sus esposas; cada victoria en los juegos era celebrada con abrazos y risas compartidas.

Mientras el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras, una sensación de paz envolvía a los tres aventureros. Sin embargo, esa tranquilidad fue abruptamente interrumpida.

Un grito desgarrador resonó desde el borde del pueblo. De repente, una horda de duendes, no muertos y monstruos emergió de los bosques circundantes. Los habitantes del pueblo entraron en pánico mientras los seres oscuros se lanzaban hacia ellos.

"¡A proteger a los civiles!" gritó Sirius preparado.

Lilit levantó su mano y conjuró escudos oscuros que rodearon a los ciudadanos aterrorizados, creando una barrera protectora entre ellos y los atacantes. "¡Quédense cerca del escudo! Estaré protegiéndolos", ordenó con firmeza.

Hinata sintió cómo la adrenalina corría por sus venas. "¡Sirius! ¡Lilit! ¡Voy a ayudar!" exclamó mientras se lanzaba al combate.

Con movimientos ágiles, Hinata se enfrentó a un grupo de duendes que intentaban atravesar el escudo. Sus habilidades eran impresionantes; cada golpe era preciso y letal, mostrando la destreza que había adquirido en tan poco tiempo.

Sirius se unió a ella, utilizando sus nudillos de plata terminados en dagas para golpear y cortar a los enemigos con una ferocidad implacable. Su cuerpo se movía como una sombra entre la confusión del combate; cada movimiento era calculado y mortal.

"¡No dejaremos que destruyan nuestro hogar!" Uno de los aventureros de la ciudad gritaba mientras derribaba a los enemigos con un golpe certero pero lamentablemente un ataque lo derribaba.

La batalla continuaba intensificándose; Lilit mantenía su concentración mientras creaba más escudos para proteger a los civiles que aún estaban atrapados en medio del caos. Con cada invocación oscura que realizaba, las criaturas surgían para luchar contra los monstruos que amenazaban al pueblo.

El aire estaba cargado de tensión mientras los tres luchadores defendían valientemente Santa Leona. La escena estaba llena de acción frenética: gritos de guerra, chispas volando por doquier y el sonido metálico del combate resonando en sus oídos.

La situación era crítica, pero juntos eran una fuerza formidable. Sin embargo, la horda parecía interminable.

La batalla se intensificaba, y Sirius se dio cuenta de que la situación estaba fuera de control. A medida que luchaba contra los duendes y no muertos, sintió una presencia oscura que sobresalía entre el caos. Un rugido ensordecedor resonó en el aire, y todos los ojos se volvieron hacia la fuente del sonido.

Un minotauro oscuro emergió de las sombras del bosque, su figura imponente irradiando un poder maligno que hacía temblar el suelo a su paso. Con un hacha de guerra en mano, avanzó hacia el pueblo, derribando todo a su paso. Los aventureros sabían que este era el verdadero desafío.

"¡Sirius! ¡Cuidado!" gritó Lilit desde su posición, mientras mantenía los escudos protectores alrededor de los civiles.

Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, el minotauro lanzó un golpe devastador con su hacha. Sirius fue enviado volando hacia las afueras del pueblo, aterrizando pesadamente en el suelo. El impacto lo dejó aturdido por un momento, pero rápidamente se recuperó y se puso de pie.

Frente a él estaba el minotauro, sus ojos ardían con rabia y malicia. Sirius sintió cómo la adrenalina corría por sus venas; había enfrentado a oponentes grandes y pesados antes, pero este ser era diferente. La oscuridad que emanaba de él era palpable.

"¡vamos es todo lo que tienes cabron!" exclamó Sirius con determinación mientras se preparaba para el combate.

El minotauro cargó hacia él con una velocidad sorprendente para su tamaño, levantando su hacha para asestar un golpe mortal. Sirius esquivó por poco, sintiendo el viento del ataque pasar cerca de su rostro. Sabía que necesitaba actuar rápido; cada segundo contaba.

Concentrándose en sus habilidades adquiridas durante años de combate con personas mas grandes que el, Sirius comenzó a moverse con agilidad. Se acercó al minotauro y lanzó una serie de golpes rápidos y precisos con sus nudillos de plata. Sin embargo, cada golpe parecía apenas afectar al monstruo que regeneraba las zonas cortadas.

[Level up]

En ese momento crítico, cuando parecía que todo estaba perdido y la fuerza del minotauro lo superaría, algo dentro de Sirius cambió. Una energía poderosa comenzó a fluir a través de él; había subido de nivel gracias a la experiencia acumulada en la batalla.

"¡Ahora es mi turno!" gritó mientras sentía cómo su cuerpo respondía con renovada fuerza.

Con un movimiento fluido y decidido, Sirius canalizó toda esa energía en una nueva técnica adquirida. Se lanzó hacia adelante con una velocidad impresionante y ejecutó un golpe ascendente directo al mentón del minotauro. El impacto resonó como un trueno mientras el monstruo tambaleaba hacia atrás.

Sin darle tiempo para recuperarse, Sirius giró sobre sí mismo y utilizó el filo de sus nudillos imbuidos de energía para realizar un corte preciso en la garganta del minotauro. La técnica fue rápida y letal; la cabeza del monstruo cayó al suelo con un sonido sordo mientras su cuerpo caía pesadamente detrás de ella.

El campo de batalla quedó en silencio por un instante; todos los presentes miraron atónitos cómo la mayor amenaza había sido derrotada por Sirius Tenebris.

Respirando pesadamente pero lleno de satisfacción, Sirius se volvió hacia el pueblo donde Lilit y Hinata estaban luchando valientemente contra los últimos enemigos restantes. "¡Vamos! ¡Aún hay trabajo por hacer!" exclamó con renovado fervor.

La noche se extendió sobre Santa Leona como un manto pesado, y el aire estaba impregnado de tristeza. Las llamas de las hogueras parpadeaban en la oscuridad, iluminando los rostros cansados y afligidos de los habitantes del pueblo. Muchos habían perdido a seres queridos en el ataque, y el luto se sentía en cada rincón.

Sirius, Lilit y Hinata se reunieron junto a varios aventureros, en medio de todos un hombre mayor con una mirada grave que reflejaba la angustia de su pueblo siendo el el líder del gremio local. "Hemos investigado", comenzó, su voz temblorosa. "Los enemigos no solo atacaron al azar. Fueron enviados aquí para raptar a los niños del pueblo… para entregarlos al Señor Oscuro de Bosque Negro."

El corazón de Hinata se hundió al escuchar esas palabras. "¿Por qué querría ese ser a los niños?" preguntó, su voz apenas un susurro.

"Se dice que busca convertirse e un alto señor oscuro", respondió el líder del gremio. "Los niños son más susceptibles y puros, al usar sus almas y corromperlas podra optener mas poder. Debemos actuar rápido antes de que sea demasiado tarde."

Sirius miró a sus chicas, sintiendo la determinación crecer dentro de éllas, suspiro ya que aunque un asqueroso sin alma, su jefe anterior y el tenian la politica de cero niños y inocentes. "Nosotros somos los únicos aventureros casi ilesos después de la batalla. Aceptamos la misión de rescate", declaró con firmeza.

Lilit asintió, su expresión seria pero decidida. "No podemos permitir que esos monstruos se salgan con la suya. Los niños necesitan nuestra ayuda."

Hinata sintió una oleada de coraje al ver la resolución en sus compañeros siendo la chica de corazon de oro del grupo. "¡Sí! ¡Rescatemos a esos niños!" exclamó, su voz llena de determinación.

Después de una breve reunión para planear su estrategia, el grupo se dirigió hacia la sacerdotisa del pueblo, quien era conocida por sus habilidades en la mejora de equipo y por ser una devota seguidora de la diosa Leona del Sol.

La sacerdotisa les recibió con una sonrisa cálida pero preocupada se slejo de los heridos para atender a los tres. "He oído sobre lo ocurrido", dijo mientras examinaba a los tres aventureros y aunque un poco disgustada por la mancha oscura de la mgia en ellos, no los rechazo. "Es un honor ayudarles en esta misión tan noble."

Con movimientos precisos y llenos de gracia, comenzó a bendecir sus equipos con magia divina. Las dagas de Sirius brillaron intensamente y tomaron un color dorado en lls bordes bajo su toque; Lilit sintió cómo su bastón adquiría betas doradas y aumentab su potencia; y Hinata notó que sus guantes estaban imbuidos con energía dorada que mos hacian mas resitentes.

"Con estas mejoras, estarán mejor preparados para enfrentar lo que les espera", dijo la sacerdotisa mientras terminaba su trabajo.

Agradecidos por su ayuda, Sirius, Lilit y Hinata se prepararon para partir al amanecer. La noche había sido larga y cansada, pero sabían que debían actuar rápidamente si querían salvar a los niños secuestrados.

Al salir del pueblo, el primer rayo del sol comenzó a asomarse por el horizonte, iluminando el camino hacia Bosque Negro. Con cada paso que daban, sentían cómo crecía su determinación; por primera vez sirius no luchaban por el mismo sino también por aquellos inocentes que dependían de el.

"Vamos a traerlos de vuelta", dijo Sirius con firmeza mientras lideraba el camino hacia lo desconocido sintiendo que por primera vez el es una buena persona o almenos alguen no tan malo.

El camino hacia Bosque Negro era sombrío y lleno de peligros. A medida que los tres aventureros se adentraban en el bosque, la luz del sol se desvanecía rápidamente, dejando solo un tenue resplandor que apenas iluminaba su camino. Los árboles eran altos y retorcidos, sus ramas parecían garras que intentaban atrapar a los intrusos.

"Este lugar es inquietante", murmuró Hinata, mirando nerviosamente a su alrededor con su biakugan encendido. "No me gusta nada."

"Debemos mantenernos juntos", respondió Lilit, su voz firme mientras levantaba su bastón, listo para conjurar magia si era necesario. "No podemos permitir que el miedo nos detenga cariño."

Sirius lideraba el grupo con determinación, sus sentidos agudizados por la experiencia reciente. Sabía que el bosque estaba lleno de criaturas malignas, y no tardaron en encontrarse con las primeras de ellas: una manada de lobos espectrales que emergieron de las sombras con ojos brillantes como brasas.

"¡al norte, se hacercan rápido!" gritó Hinata mientras se preparaba para el combate.

En un dote de velocidad un grupo de lobos grim atacaron al unísono, pero Sirius fue rápido; esquivó el primer ataque y activo [absorber, Copiar y adaptar]. Agarra al grim y con un golpe certero de sus nudillos-daga, derribando a uno de los espectros. Lilit conjuró un escudo oscuro con runas doradas que la protegió, mientras ella lanzaba un hechizo de luz que desorientó a los demás lobos y hinata con su estilo del puño suave derivó uno de los grim.

Con movimientos coordinados, los dos luchadores y la maga eliminaron a la manada uno por uno. La batalla fue intensa pero breve; pronto solo quedaron ecos lejanos en el aire.

"Eso fue más fácil de lo que pensé", dijo Hinata, respirando con dificultad pero sintiéndose más segura.

"No te confíes amor", advirtió Sirius. "Esto es solo el comienzo."

Continuaron avanzando por el bosque, enfrentándose a diversas criaturas malignas: duendes mutados que intentaban emboscarlos desde los arbustos y sombras errantes que se abalanzaban sobre ellos desde la oscuridad. Cada encuentro los fortalecía al compartir una conexión como equipo; cada victoria les daba más confianza y poder en sus habilidades.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad cruzando el bosque oscuro, llegaron ante un deteriorado castillo. Las torres estaban cubiertas de hiedra y las puertas estaban desgastadas por el tiempo y la malevolencia. Un aura siniestra emanaba del lugar, haciendo que incluso los más valientes sintieran un escalofrío recorrerles la espalda.

"Este debe ser el lugar donde están retenidos los niños", dijo Lilit mientras observaba la estructura imponente frente a ellos.

"Debemos tener cuidado", advirtió Sirius. "No sabemos qué tipo de trampas o criaturas nos esperan dentro."

Hinata asintió con determinación. "Estamos aquí para salvarlos. No podemos dar marcha atrás ahora, pero...no puedo ver nada, algo me esta negando la vista." Advirtió hinata a sus compañeros y estos vieron su biakigan apagarse.

Con una profunda respiración para calmar sus nervios, Sirius empujó las puertas del castillo, que chirriaron ominosamente al abrirse. El interior estaba oscuro y polvoriento; las paredes estaban adornadas con retratos desgastados de antiguos señores y damas que parecían observarlos con miradas vacías y sin alma.

A medida que avanzaban por los pasillos desmoronados, comenzaron a escuchar murmullos lejanos: gritos infantiles mezcladas con llantos apagados. El corazón de Hinata se aceleró al reconocer esos sonidos; sabía que estaban cerca.

"Sigamos adelante", dijo Sirius en voz baja mientras guiaba al grupo hacia la fuente del sonido.

Al girar una esquina, encontraron una gran sala iluminada por antorchas parpadeantes. En el centro había un altar oscuro rodeado por figuras encapuchadas; sobre él estaban los niños secuestrados, atados y asustados los cuales miraban horrorizados al hombre adulto que fue abierto en medio del circuito mágico.

"¡No!" gritó Hinata al ver la escena desgarradora.

Las figuras encapuchadas se volvieron hacia ellos con sonrisas siniestras en sus rostros ocultos. "Los aventureros han llegado justo a tiempo para ser sacrificados", dijeron en coro mientras comenzaban a avanzar hacia ellos.

Sirius apretó los puños y miró a Lilit y Hinata. "Ningun prisionero chicas, hoy no hay piedad."

Y así comenzó la batalla final dentro del castillo oscuro…

La sala resonaba con la tensión del inminente enfrentamiento. Lilit, con una determinación renovada, levantó su bastón y conjuró rápidamente una burbuja protectora alrededor de los niños. La esfera mágica brillaba intensamente, creando un escudo que los mantenía a salvo de cualquier ataque.

"¡Estén tranquilos! ¡Están a salvo aquí!" les aseguró Lilit mientras se giraba para enfrentar a la mujer lich que se acercaba, su figura esquelética envuelta en un manto oscuro que parecía absorber la luz misma.

La lich sonrió con malicia, sus ojos resplandecían con un brillo sobrenatural. "¿Crees que puedes protegerlos de mí niña? He devorado almas enteras mas fuertes que tu; no serás más que otra víctima."

Mientras tanto, Hinata se encontró frente a un paladín zombie, una figura imponente vestida con armadura desgastada y cubierta de moho. Su mirada vacía estaba llena de odio y solo conocía un propósito: matar.

"¡No te dejaré hacerles daño!" gritó Hinata mientras se preparaba para el combate. Con un movimiento ágil, y con un hechizo de tenacidad sobre sí misma antes de atacar. El paladín avanzó hacia ella con su espada oxidada alzada, pero Hinata esquivó su golpe y contraatacó con ráfagas de energía mágica.

Sirius, por su parte, se enfrentó al verdadero jefe de la situación: un gnomo oscuro que emanaba una aura putrefacta. A pesar de su pequeño tamaño, el gnomo irradiaba poder mágico y una risa burlona resonaba en la sala.

"¿De verdad crees que puedes desafiarme humano?" dijo el gnomo con desdén mientras empuñaba su espada necromágica, que brillaba con una luz oscura. "Soy el Señor Oscuro de Bosque Negro, ¡EL GRAN GROSHMOMORI!. Tu valentía será tu perdición."

Sirius sintió cómo la presión del poder maligno lo envolvía, pero no iba a retroceder. "No tengo miedo de ti enano", respondió con firmeza mientras se preparaba para el combate.

La batalla estalló en toda la sala. Lilit luchaba ferozmente contra la lich, utilizando sus habilidades mágicas para contrarrestar los ataques oscuros que lanzaba la criatura. Cada hechizo era respondido por ráfagas de energía negativa enbuelta con energia solar, Lilit se mantenía firme, protegiendo a los niños detrás de su burbuja.

Hinata esquivaba hábilmente los ataques del paladín zombie mientras lanzaba sus palmas imbuidos en energía solar y con una ofensiva fuerte. Sabía que debía mantener su energía alta si quería derrotar a este enemigo implacable. Con cada golpe que daba, sentía cómo sus poderes crecían; estaba decidida a liberar a esos niños sieno su corazon de oro lo que la impulsaba.

Sirius se movía ágilmente alrededor del gnomo oscuro, buscando abrirse paso entre sus ataques mágicos y físicos. El gnomo invocó sombras que intentaban atraparlo mientras blandía su espada necromágica con maestría.

"¡Eres rápido! Pero no podrás escapar de mi magia oscura!" gritó el gnomo mientras lanzaba un prollectil oscuro hacia Sirius.

Con reflejos rápidos, Sirius saltó hacia un lado pata ver la pared explotar al ser impactada. El contraatacó con un golpe directo hacia el gnomo. Sin embargo, el pequeño ser era más astuto de lo que parecía; esquivó el ataque y lanzó más proyectiles llenos de energía oscura hacia él.

El impacto hizo temblar el suelo bajo sus pies, pero Sirius no se dejó intimidar. "¡No me detendrás tan fácilmente pequeña rata!" exclamó mientras concentraba toda su fuerza en un ataque decisivo.

Lilit finalmente logró romper la defensa mágica de la lich y lanzó un poderoso hechizo luminoso que iluminó toda la sala. La lich chilló al verse superada por la luz pura; aprovechando ese momento de distracción, Lilit atacó con todo lo que tenía.

Hinata encontró una apertura en las defensas del paladín zombie y lanzó la tecnica de ocho trigramas sesenta y cuatro palmas en un ritmo devastador que lo hizo tambalear hacia atrás. "¡Ahora es mi oportunidad!" gritó mientras cargaba hacia él para asestarle el golpe final.

Sirius vio cómo sus compañeras luchaban valientemente y sintió cómo esa energía colectiva lo impulsaba aún más [absorbe, copya y adaptar]. Con determinación renovada, cargó contra el gnomo oscuro y desató una serie de golpes rápidos y precisos.

El gnomo retrocedió ante la ferocidad del ataque; sin embargo, aún tenía algunos trucos bajo la manga. "¡No subestimes mi poder humao asqueroso!" rugió mientras invocaba sombras para envolver a Sirius.

Pero Sirius ya había anticipado este movimiento; utilizando su agilidad adquirida en años de combate, esquivó las sombras y realizó un giro rápido para agarar al gnomo rogándole y absorbiendo lonque podia de el con su avilidad y tras una caida ascendente directo al piso destruido el gnomo oscuro quedo destruido en el suelo agrietado.

El impacto fue devastador; el gnomo cayó al suelo "muerto" justo cuando Lilit terminaba su lucha contra la lich y Hinata derribaba al paladín zombie.

Los tres aventureros se reunieron frente al gnomo caído, respirando pesadamente pero llenos de satisfacción por haber derrotado a sus enemigos.

"Ahora vamos a liberar a esos niños", dijo Sirius mientras miraban hacia donde estaban atrapados los pequeños tras la burbuja protectora creada por Lilit.

Justo cuando parecía que la victoria estaba al alcance de la mano, una risa maníaca resonó en la sala. El gnomo oscuro, aún en el suelo, comenzó a convulsionar y a absorber la energía de sus dos sirvientes caídos. Su cuerpo se expandió y deformó, transformándose en una criatura oscura y monstruosa, con tentáculos que se retorcían y ojos brillantes llenos de odio.

"¡No creías que sería tan fácil, verdad !" rugió el gnomo, ahora convertido en un ser gigantesco de pura oscuridad. "Soy el Señor Oscuro de Bosque Negro yo soy ¡EL GRAN GROSHMOMORI!., y no me detendré ante nada para destruirte."

Sirius sintió cómo su corazón se hundía al ver la transformación del gnomo no el goul frete a el. "¡Debemos acabar con esto rápido!" gritó mientras se preparaba para el combate.

Mientras tanto, Lilit y Hinata no perdieron tiempo. Con determinación, corrieron hacia los niños atrapados dentro de la burbuja protectora. "¡Chicos, estamos aquí para sacarlos!" exclamó Hinata mientras comenzaba a deshacer sus restricciones.

Lilit mantuvo su concentración en la burbuja mientras observaba a Sirius enfrentarse a la nueva forma del gnomo oscuro. La criatura lanzó un grito aterrador y extendió sus tentáculos y garras hacia Sirius, quien esquivó ágilmente el ataque.

La batalla era feroz; cada golpe que daba Sirius era respondido por un contraataque brutal del goul. Las paredes del castillo temblaban con cada choque entre ellos. La criatura oscura intentó atrapar a Sirius con sus tentáculos, pero él se movía rápidamente, utilizando su agilidad para evitar ser capturado.

"¡cabron, no soy protagonista de manga hetai!" gritó Sirius mientras lanzaba un puñetazo directo al rostro del gnomo. Sin embargo, el golpe apenas hizo mella en su forma monstruosa.

"¿Eso es todo lo que tienes humano?" se burló el gnomo con una voz profunda y resonante. "Tu valentía es admirable, pero inútil jahaaahaha."

Mientras tanto, Lilit y Hinata lograron liberar a los niños de la burbuja protectora. "¡Están a salvo! ¡Vámonos!" dijo Lilit mientras guiaba a los pequeños hacia la salida.

Hinata miró hacia atrás y vio cómo Sirius luchaba contra la criatura oscura. "¡Sirius! ¡Necesitas ayuda!" gritó ella.

"No puedo dejar que me distraigan amor", respondió él con determinación mientras esquivaba otro ataque de tentáculo. Pero sabía que necesitaba algo más poderoso para derrotar al gnomo oscuro.

Concentrando toda su energía y recordando las bendiciones de la sacerdotisa del pueblo, Sirius cerró los ojos por un momento e invocó la luz del sol que había sido otorgada a él por la diosa Leona del Sol.

[Cuchilla de energía]

Una brillante aura dorada comenzó a rodearlo; su cuerpo resplandecía con una luz intensa que iluminaba incluso las sombras más profundas del castillo. El gnomo oscuro retrocedió momentáneamente ante el resplandor.

"¿Qué es esto? ¡No puede ser!" gritó el gnomo mientras intentaba cubrirse de la luz.

Sirius abrió los ojos y vio cómo sus compañeros habían logrado sacar a todos los niños sanos y salvos. Con renovada fuerza y determinación, levantó su puño iluminado hacia el cielo.

"¡Por todos los inocentes que has lastimado! ¡Por aquellos que han caído! ¡Este es tu final idiota sacado de un manga hentay de bajo presupuesto!" exclamó mientras lanzaba un poderoso corte en x cargado de luz solar directamente hacia el gnomo oscuro.

El impacto fue devastador; una explosión de luz llenó toda la sala mientras el gnomo gritaba en agonía. La oscuridad comenzó a desvanecerse ante el poder radiante de Sirius hasta que finalmente se desintegró en partículas brillantes que flotaron como estrellas en el aire.

"Nooooooo, yo devia hacender, aaaaaaaa, perdoneme lord kutulu".La sala quedó en silencio absoluto tras la explosión; solo quedaban ecos lejanos de lo ocurrido. Sirius respiraba pesadamente mientras miraba hacia donde antes estaba el ser oscuro, ahora solo un recuerdo desvanecido.

Al girar sobre sus talones, vio a Lilit y Hinata junto con los niños liberados, quienes lo miraban con admiración y gratitud.

"Lo hiciste… lo hiciste realmente", dijo Hinata con admiración en los ojos mientras corría hacia él para abrazarlo.

Lilit sonrió ampliamente. "Hicimos esto juntos."

Sirius miró hacia arriba; una ventana rota permitía que los primeros rayos de la tarde entraran en el castillo destruido. La luz dorada iluminaba sus rostros cansados pero felices.

"Sí", murmuró Sirius mientras sentía cómo una ola de alivio lo envolvía. "Juntos hemos ganado, añade a la lista de victorias derrotar a un pulpo malvado hahaha."

Y así concluyó su batalla contra las fuerzas malignas del Bosque Negro; aunque sabían que aún quedaban desafíos por delante, ese día habían ganado una victoria significativa.

Cansados y algo magullados comenzaron su camino de regreso al pueblo junto con los niños rescatados bajo la cálida luz del sol naciente dando adios a ese día …