—Alex, ve a llamar a tus hermanas —Marissa sacudió el hombro de su hijo cuando vio a los camareros colocando los platos en la mesa.
—Mamá, ¡pedí pollo con queso! —Alex puso una mueca cuando vio un pequeño montón de vegetales salteados junto al pollo.
El jefe de camareros que los atendía asintió a Alex. —No se preocupe, señor. Su pollo con queso estará listo enseguida —luego se giró hacia un camarero y le susurró algo al oído.
—Alex, tu pedido se está preparando, mientras tanto puedes ir a buscar a tus hermanas. Se les va a enfriar la comida —Alex hacía caras divertidas cuando se levantó de su silla.
Fue a esa área protegida por una red y encontró a Roberto mirando hacia abajo a través de la red.
—Roberto, qué bueno verte aquí —Roberto se volvió a mirar a Alex y luego volvió la vista hacia otro lado. No estaba muy interesado en hablar con Alex.
—¿Has visto a mis hermanas? —los ojos de Alex buscaban a las niñas.