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Chapter 70 - CAPÍTULO 11

Brasilia, capital de brasil.

El jet privado descendía con suavidad sobre la pista de aterrizaje del aeropuerto de Brasilia. Los cielos despejados y el calor tropical envolvían la capital de Brasil, mostrando la calidad bienvenida de este hermoso país.

desde las ventanas del avión, Daniel podía divisar los grandes rascacielos acaparando toda su visión, mientras los carteles mostraban una Clara semejanza con Nueva York. Específicamente, los múltiples carteles relacionados con Los Héroes brasileños que empezaron a tomar una mayor fuerza en el país desde hace unos pocos años gracias a la asociación de héroes.

Los tantos héroes dirigidos por la asociación de héroes.

"amazonia, hace mucho que no converso con ella". Daniel recordó a una de las tantas mujeres con las que se había acostado antes de establecer una relación seria con Mónica.

—mari, ¿Qué ha pasado con amazonia durante estos meses? — Daniel preguntó por casualidad, mientras concentraba su mirada hacia afuera de la ventanilla.

«la heroína amazonia, de nombre Clara Paulinia. Hace tres meses dejó de llamar, señor. Según la información, es la heroína número uno de brasil. ¿Quiere que le mande un mensaje señor?».

Daniel negó con la cabeza, mientras asentía por el bienestar de la mujer.

—descuida, será mejor que nadie sepa que estoy por aquí. Para el público, Yocaju se encuentra en México. Yo sin embargo, tengo asuntos pendientes.— Daniel le contestó mientras miraba un edificio que resaltaba entre el mar de estructuras de cemento y vidrio.

la imponente estructura de la sede brasileña de Industria Suárez sobresalía con un pulgar adolorido. Un monumento a la innovación, reflejo del progreso que había impulsado a través de toda América Latina, una demostración del esfuerzo que había logrado, y estaba orgulloso.

Daniel revisaba algunos informes en su tablet, inmerso en los detalles del avance de sus múltiples proyectos. La agenda que estaba sobrellevando era increíblemente amplio, lo suficientemente importante como para hacer historia con cada año y exposición de los avances e innovaciones que su empresa, sus ideas, y equipo podían presentar al mundo.

La nave espacial ya estaba lista, esperando por la capacitación de los pilotos adecuados para realizar El despegue dentro de unos 2 años. Pisar la luna era indispensable para México, puesto que esto significaría un antes y un después para la sociedad mexicana.

Su asunto en Brasil estaba relacionado con múltiples de sus proyectos enfocados en el desarrollo de nuevas formas de energías renovables.

En particular, le intrigaba el desarrollo de la nueva batería de diamantes empobrecidos, un hito que podría cambiar para siempre el uso de la energía renovable en el mundo. Se esperaba crear una estación lunar y utilizar esa fuente de energía para la alimentación adecuada de los sistemas de la base.

—Señor Suárez, ya hemos aterrizado. El equipo lo espera en la sede —le informó su asistente personal humano desde el otro lado del pasillo.

Mari tenía el control de todo lo relacionado con el y sus posesiones. Pero dentro de la empresa también tenía su propio asistente humano para llevar a cabo ciertas cuestiones que una ia no podría hacerlo a falta de un cuerpo que le permita pasar desapercibido.

Su asistente Ana riveras, era una buena chica diligente a todas sus responsabilidades.

—Perfecto, Ana. Asegúrate de que los inversionistas estén cómodos, y por favor mantenme informado de cualquier tipo de inconveniente con respecto al coronel de plata. Si pasa algún tipo de problema, el secretario de defensa nos llamará a nosotros y es crucial que me pongas al tanto de cualquier situación imprevisto. Bien, Nos reuniremos con ellos después de la charla con los investigadores —respondió, sin levantar la vista de su dispositivo.

Los minutos transcurrieron rápidamente, y cuando finalmente Daniel bajó del avión, una pequeña comitiva ya lo esperaba. Todos alineados a la espera del jefe de la empresa.

Entre ellos, destacaban cinco de sus mejores científicos brasileños, las personas que Daniel quería ver, quienes habían liderado la investigación de la nueva batería de tal manera que le sorprendía El avance exponencial que ellos habían logrado mostrar. Estaban superando sus expectativas, cosas que muy pocos podían lograr.

—Señor Suárez, es un honor tenerlo aquí —dijo Gustavo Almeida, el jefe del equipo, extendiendo su mano para saludarlo.

Daniel, a pesar de tener una barba nivelada para verse maduro, aún mostraba la juventud en su rostro. Las personas aún no podían evitar quedar sorprendidos por la presencia de Daniel Suárez, la verdadera representación de la brillantez hecha carne para la percepción del público.

Daniel fue Cortés y le contestó.

—El honor es mío, Gustavo. He leído los avances de la batería de diamante y debo decir que estoy impresionado. ¿Podemos comenzar de inmediato? Estoy ansioso por escuchar los detalles.— tras decir esas palabras, empezaron a caminar para avanzar a la sala de investigación.

Los otros cuatro investigadores —Letícia Correia, Thiago Martins, Mariana Oliveira y Lucas Braga sonrieron, emocionados por la visita de su jefe.

En el pasado, la investigación que realizaban probablemente terminaría archivado entre las innumerables cantidades de patentes compradas por la industria de la energía, para nunca ver la luz del día.

Esta tecnología no parecía rentable para la industria energética. Pero gracias a Suárez, su proyecto habían logrado tomar un mayor propósito para la importancia de Suárez.

Ellos serían en el futuro para las futuras colonizaciones intergalácticas. Esperaban vivir lo suficiente como para ver como la empresa Suárez coloniza Marte y utiliza su tecnología para mantener las bases que permitirán la supervivencia de los humanos.

Así que con entusiasmo, Juntos caminaron hacia la sede de Industria Suárez, donde una sala de conferencias ya estaba preparada para la reunión.

La sala de conferencias era espaciosa y moderna, reflejando el avance de brasil hacia la modernización, en un intento de reflejar la misma riqueza del que México gozaba en la actualidad.

La sala estába equipada con pantallas interactivas de última Generación y modelos holográficos de los proyectos más recientes de la compañía.

Los investigadores encendieron una pantalla que mostraba el prototipo de la batería de diamante empobrecido.

Daniel estaba impresionado, si bien era capaz de inventar mejores fuentes de energía, sin mencionar que portaba modelos energéticos de hasta 200 años superior en tecnología, siempre sentía interés por aquellas mentes que, sin siquiera tener las ventajas telepaticas que tenía, eran capaces de crear maravillas.

Tan pronto como se acomodaron, ambos empezaron la reunión.

—La tecnología detrás de esta batería radica en el uso de diamantes sintéticos empobrecidos que contienen carbono14 —comenzó Gustavo Almeida, señalando el esquema que mostraba la estructura interna de la batería—. El carbono14 es un isótopo radiactivo de baja actividad que, al descomponerse, libera electrones que el diamante capta y convierte en una corriente eléctrica constante. Esto permite que, en teoría, la batería genere energía durante miles de años.

Daniel asintió con interés, impresionado por una buena idea como ésta.

—¿Cuántos años, exactamente?

—Hemos calculado que, en teoría, la batería podría durar más de 10 mil años. — Daniel solo pudo silvar con impresión. Esa batería podría seguir funcionando Para cuando su cuerpo se vuelva viejo. Ya se había conciliado con sigo mismo de que viviría por mucho tiempo.

— Para aplicaciones prácticas como residenciales, como una casa, podría proveer energía continua por al menos mil años sin interrupciones —respondió Letícia Correia, quien se especializaba en química avanzada.

Thiago Martins, el ingeniero electrónico, intervino para explicar los aspectos técnicos:

—El problema, como en todas las tecnologías basadas en energía nuclear, es la encapsulación. Hemos creado un recubrimiento de diamante ultrarresistente que evita cualquier filtración de radiación. Esto garantiza la seguridad del producto, pero también aumenta los costos.

Daniel frunció el ceño, aunque no sintió que fuera un problema a largo plazo. Ya tendría ideas para proporcionar materiales de absorción. Una vez que pudiera aumentar su influencia en sandaala, el costo se reduciría en un gran margen.

— el costo no es problema, me encargaré de todos esos detalles. Pero Hablando de costos, ¿cuánto costaría fabricar una batería lo suficientemente grande como para alimentar mi sede en México?

Las palabras de Daniel llamaron la atención de los investigadores.

Hubo un breve silencio mientras los investigadores calculaban mentalmente. Uno de ellos tragó en seco, comprendiendo la gran importancia de la propuesta de Daniel.

—Considerando los recursos, la purificación del carbono14 y la encapsulación. estaríamos hablando de un costo aproximado de entre 10 y 15 millones de dólares por unidad —respondió Mariana Oliveira, especialista en nanotecnología, tomando la palabra de inmediato, con tal de evitar que sus compañeros dañaran sus posibilidades.

Daniel sonrió con satisfacción, sabiendo que el costo no sería un problema para él. Supuso que la moneda sería el dólar debido al valor vigente en los países europeos, donde se requerían ciertos materiales que solo pueden ser obtenidos con la moneda estadounidense.

—Eso es un precio razonable para algo que podría cambiar el mundo. Aumentaré el presupuesto para que puedan acelerar el proceso de investigación. Quiero ver esto en producción dentro de un año y espero que logren sorprenderme para Entonces.

Los cinco investigadores lo miraron con asombro y gratitud. Lucas Braga, el ingeniero mecánico, se encontraba tan eufórico que se inclinó hacia adelante y dijo:

—Gracias, señor Suárez. Esto nos permitirá llevar la tecnología al siguiente nivel, la importancia de este proyecto es sumamente importante para nosotros. No dude en esperar una gran sorpresa.

Daniel se levantó de la silla, mirando a su equipo con una expresión de confianza.

—El futuro es brillante gracias a ustedes, al esfuerzo que están realizando cada día. Ustedes son el futuro de latinoamérica, cada día nos unimos como uno para avanzar hacia un mejor mañana. Sigamos trabajando para mejorar no solo a México o brasil, sino a toda América Latina. Ahora, si me disculpan, necesito atender otros asuntos.

— sin dudas, gracias una vez más señor Suárez. Fue un placer formar parte de un futuro tan prometedor.

Más tarde.

Daniel caminaba por los pasillos de la sede brasileña, disfrutando del aire acondicionado y del ambiente tranquilo de su oficina personal. Cada vez que visitaba Brasil, le gustaba tener un espacio privado donde podía relajarse y hacer sus llamadas, trabajar con Mónica con algunos asuntos de la agencia Federal de asuntos internacionales, entre otras cosas de importancia.

Sin embargo, algo no se sentía bien esta vez, lo pudo sentir en el ambiente cuando ciertas presencias fueron detectadas por sus sentidos.

Al abrir la puerta de su oficina, sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

"Aquí hay intrusos". Dijo, frunciendo el ceño.

La habitación estaba silenciosa, no parecía haber alguna anormalidad. pero había una tensión en el aire que no podía ignorar.

Daniel había desplegado una sonda mental, la cual rebotó en cuatro entidades que no podía ver a simple vista.

Solo pudo suspirar para sus adentros, sin esperar evitar sentirse cansado de estos intentos. ¿Y ahora quienes eran los estúpidos que tuvieron la brillante idea de interceptarlo? ¿Otra vez?

Se dirigió al baño, esperando ignorar a estos intrusos, pero algo lo detuvo en seco. Sus ojos recorrieron la habitación y notó pequeñas sombras que no deberían estar allí. Ellos se movieron, decidieron actuar una vez más.

Un leve movimiento detrás del sofá. Un brillo fugaz reflejado en la ventana. Daniel respiró hondo, su mente trabajando rápidamente para indagar quién fue la agencia que decidió dar el salto para secuestrarlo.

—Salgan de donde sea que estén —ordenó con voz firme, ya sabiendo la ubicación exacta de los infiltrados.

El silencio fue roto por un sonido metálico cortando el aire. Daniel reaccionó instintivamente, esquivando un kunai que se dirigía a su brazo. A pesar de su destreza super humana, decidió reprimirse para evitar obvios cuestionamientos.

Muchos rumores sobre él hablaban de que era alguna especie de super humano, ya que muy pocos sabían que él no era precisamente hijo biológico de su madre.

Eran Rumores que formaron los internautas para explicar su ingenio e intelecto, además de sus milagrosas escapadas con sus tantos intentos de secuestros y asesinatos. Aunque estos rumores se aplacaron con la típica explicación de que era protegido por el mismo yokaju.

El arma se incrustó en la pared, mientras otro dardo venenoso pasaba a su lado, casi rozando su hombro.

"ellos son usuarios mejorados". Pensó por la potencia de las armas.

De las sombras surgieron cuatro figuras, completamente vestidas de negro y encapuchadas. Uno de ellos, más alto que los demás y completamente descubierto, se adelantó mostrándose a Daniel. Sus ojos brillaban con una mezcla de respeto y malicia.

—Tienes buenos reflejos para ser un simple humano, Suárez. No esperaba menos de ti, confirmando que eres un secreto súper humano.

Daniel se mantuvo en guardia, su mente analizando cada posible salida y estrategia. Aunque era un combatiente entrenado, no quería generar una polémica como esta. No quería que las noticias explotarán con su posible super fuerza, o que lo vincularan con los Estados Unidos. Después de todo, todos los super humanos, de una manera u otra, eran originarios de los Estados unidos de Norteamérica.

Pero él mantenía todo bajo control, había aprendido a manejar situaciones de peligro y tenía una fachada adecuada para evitar ese tipo de posible inconveniente cuando era Suárez y no yocaju. estos intrusos no eran simples asaltantes, así que tenía que tomarlos en serio independientemente de si tenía altas posibilidades de vencerlos.

—¿Quiénes son y qué quieren? —preguntó Daniel, manteniendo la calma. Tenia que recopilar la información que sea necesaria, mandando como tal una sonda mental para recopilar información.

El hombre que había hablado anteriormente sonrió con impresión, sorprendiendo a Daniel por las imágenes mentales que habia encontrado en la mente de este hombre.

Ese ninja, jefe de los ninjas de la dinastia sarutobi, parecía estar vivo desde la segunda guerra mundial, uno de los primeros super humanos exitosos de un nazi científico, con el que experimentaron con el primer lote de compuesto. Sus años de combate le sorprendieron, teniendo un gran parecido con ninja mexicano.

—Soy el líder del clan Sarutobi, los artistas el ninjutsu y el arte milenario ninja. Hemos venido por ti. Mi nombre no es importante, lo importante es que venimos por tí.

Daniel levantó una ceja, claramente intrigado. Eso ya era algo diferente, casi refrescante. Qué demonios quería sakamoto sarutobi? ¿El kami no ninshu actual?

Decidió que ya no necesitaba seguir hurgando en la mente de los cuatro ninjas, sentía que no valía la pena. Observó un momento el trato del tipo, parecía muy joven, cabello largo envuelto en un moño junto con una ligera barba que lo hacia parecer a un ronin de los películas de samurái. Solo que tal parecía que estaba algo enloquecido.

—¿Por mí? ¿Para qué?

El líder ninja sonrió, una sonrisa que no tenía nada de cordial.

—Queremos usar tu captura para atraer a Yocajú. Sabemos que eres una de las pocas personas en este mundo a las que acudiría sin pensarlo dos veces.

Daniel sintió que una mezcla de incredulidad y sorpresa lo recorría. ¿Acaso estaban locos?

—¿Yocaju? No entiendo. ¿Por qué querrían atraerlo? ¿Acaso estás loco?

El líder del clan Sarutobi inclinó ligeramente la cabeza, como si la respuesta fuera obvia.

—Porque quiero pelear con él. No estoy loco, solo estoy aburrido. He vivido por tanto tiempo que ya siento insensibilidad a la vida. Quiero una batalla, pero no cualquier batalla. Quiero una legendaria. Yocajú es el ser más poderoso de este mundo. Quiero Luchar contra él y vencerlo. Ganar una pelea de tal magnitud pondrá el nombre de mi clan en los libros de historia, seremos inmortalizados por la eternidad.

Las palabras del hombre dejaron a Daniel con solo incredulidad.

"Este men está loco". Pensó, mientras realizaba una idea de qué tal vez el hombre había sucumbido al desequilibrio mental generado por el compuesto.

La situación comenzaba a tener menos sentido para Daniel, pero una cosa era clara: estos ninjas estaban completamente locos.

—Déjame aclarar algo —dijo Daniel con frialdad—. Yocaju no es solo poderoso, es prácticamente invencible. No existe otro súper humano ademas de homelander que pueda luchar contra el. ¿Cómo pretendes derrotarlo? ¿Siquiera estás preparado para las consecuencias?

El líder del clan Sarutobi rió suavemente, con un brillo peligroso en los ojos.

—Justamente por eso quiero luchar contra él. El clan Sarutobi ha existido durante siglos, adaptándonos a cada nuevo desafío que el mundo nos ha presentado. Y ahora, con los superhumanos dominando el mundo, ha llegado el momento de demostrar que los ninjas todavía somos los más letales.— el líder de los ninjas explicó, mientras sonreía con locura.

— Esta pelea no es solo por mi honor, es por la supervivencia y el renacimiento de nuestro clan en esta era. Quiero que el mundo recuerde que la dinastía Sarutobi es eterna, sin importar quiénes sean los nuevos titanes que caminan entre nosotros.

Daniel entendió entonces que no estaba lidiando con un simple secuestro. Este hombre, y probablemente todo su clan, estaban obsesionados con revivir su legado de ninjas, aunque eso significara arriesgar su vida en una batalla suicida.

—Estás loco —dijo Daniel finalmente, midiendo cada palabra—. Pero no tienes que hacer esto. Podemos encontrar otra forma de que tu clan obtenga reconocimiento o lo que sea que desees. Pero secuestrarme sería solo un suicidio para toda su herencia.

Suárez trató de mediar con ellos, persuadirlo. Pero las palabras de Daniel cayeron en oídos sordos.

—Esto es lo que nos define, nuestro objetivo es derrotar al demonio de las tormentas. No hay otra forma.

"Mierda". Daniel se quejó.