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Chapter 32 - Capítulo 31

Las personas que esperaban junto a los jefes de policías, bombero y forense, vieron atónitos como de la habitación salía una joven a toda prisa que iba vestida de manera informal los saludo con una inclinación de cabeza y salió por la puerta sin siquiera colocar una tarjeta de acceso.

Ian volvió a ver a sus hermanos con el ceño fruncido estaban seguros que les indicaron que necesitaban dispositivos especiales para ingresar o salir de esta zona en específico, todos se volvieron a ver con extrañeza, pero en ese momento escucharon un grito que les calo hasta los huesos.

Haciéndolos estremecerse profundamente el corazón les dio un vuelco porque ese sonido no solo lo desgarraba por dentro sino les llego al alma, sin más todos se apresuraron a entrar la idea era no asustar ni a las enfermeras y menos a las pacientes, pero ese sonido los impulsaba a querer ayudar a calmar a esa persona.

Todos vieron como un hombre robusto y grande abrazaba a una pequeña mujer, los espectadores que estaban adentro no sabían que hacer estaban estupefactos al ver la escena que conmovería a cualquiera de repente el que la sostenía en brazos la colocó con delicadeza en la cama y le susurraba en el oído hasta que ella cerro lentamente a los ojos durmiéndose.

Mientras los espectadores, estaban tan asombrados y confundidos especialmente el Jefe de ellos que nunca los había visto sin el rostro cubierto, sabía que muchos lo hacían por seguridad, pero creía especialmente que ellos ocultaban su rostro desfigurado o eso eran los rumores.

Al ver que el director del hospital se acercaba con una inyección la otra mujer grito, al momento se giraron dos de ellos; simplemente dijeron –No creo que sea necesario, ambas han pasado por mucho y más medicamento no les ayudara.

El anciano simplemente dijo –Es un tranquilizante para que puedan estar tranquilas. Al ver como la joven se arrinconaba al tiempo que buscaba la ayuda de la otra muchacha. Uno de ellos le tomo la mano y con voz dulce casi como un suspiro le dijo –Nosotros somos sus hermanos, ella te prometió algo y lo cumplirá daremos nuestra vida por ayudarla a cumplirla. Recuéstate cuando despiertes ella estará acá y nosotros también.

No sé qué era si su mirada o ese tono de voz tan suave que invitaba a confiar ciegamente en él, darle lo que pidiera siempre teniendo la seguridad que él cumpliría con su palabra. Sin ánimos de protestar se arrecosto de nuevo en la cama.

Gentilmente la taparon con la cobija mientras ella cerraba lentamente los ojos, teniendo la certeza que esos hombres estarían para ella cuando despertaba repitió la pequeña frase que le enseñaron de pequeña completando la oración "Yarax dalert shanshei, perdat mi herad sochield mis blood darkit e ilumin almashet" que significaba "Buscamos el camino de tu sombra, perdona de corazón la avaricia de la sangre oscura e ilumina nuestras almas" de repente en algún pequeño rincón de su mente recordó las preguntas que le hicieron al verla ¿Estas viva? ¿Cómo es posible? Con un último suspiro se propuso no olvidar eso para poder consultar con ellos.

¿Quiénes serían y quien era ella?

Viendo como ella obedeció y se quedó profundamente dormida, observaron al médico encogiéndose se hombros, su jefe había escuchado que ellos eran demasiado capaces él tenía sus sospechas sobre la verdadera identidad de ese grupo tan inusual pero no era momento y simplemente tomo las riendas de la conversación –Ustedes tres que hacen aquí, no creo haber llamado a su grupo.

De repente noto uno de ellos tomaba el expediente sellado de las manos de su subordinada y comenzaba a ojearlo viendo como su expresión cambiaba de divertida a totalmente seria y pálida. Sin perder tiempo volvió a ver a uno de ellos diciendo –Jefe Castell que ningún policía se retire, aumenten la cantidad de patrullas.

–Jefe Marshall podría apoyarnos enviando a motociclistas a recorrer el área por una hora.

–Nahal, muévete llama al ratón que acaba de irse y dile que vaya identificada a esa zona. Sin perder tiempo vimos como tocaba su dispositivo simplemente para enviar las ordenes.

Mientras otro de ellos, pedían la retirada de los equipos que estaban apoyando su operativo vayan y cambien todo identifíquense rápidamente. Lleguen en menos de quince minutos y custodien todo.

Sin perder tiempo tomo el expediente y Nils salió corriendo mientras gritaba –Jefe me voy robar una moto para llegar más rápido cubran eso por favor.

Todos los presentes creyeron que no le respondería cuando el Jefe Filxar iba a hacer una observación uno de ellos explicó en un tono de voz fuerte – Respondiendo Jefe, se acuerda que pedimos el apoyo de la oficina para poder encontrar a nuestra hermana desde hace algunos meses dieron la autorización los de muy arriba. Volvió a ver a Filxar como retándolo a decir algo después de una breve pausa continuo hoy recibimos una pista de ella.

–¿De qué forma? replico Filxar al momento.

Solo ignoro la pregunta con un suspiro bajando un poco más su tono de voz prosiguió –Al investigar un poco más la localizamos en esta dirección, llamamos a nuestros respectivos equipos …De repente se escuchó que alguien decía –Violar la ley e ingresar a propiedad privada de un centro de Salud es un delito que los sancionarían por mucho tiempo menos sin las debidas autorizaciones.

–Podría callarse o lo saco de aquí Filxar de una manera cortes o un poco mala dijo Naim de manera amenazante, pero con una sonrisa muy agradable que lo hacía ver como un niño gentil que no sería capaz de lastimar a nadie.

Como si nada pasara el continúo diciendo –la encontramos es la paciente más joven de esta habitación y usted jefe. Sonriendo al final como si ninguno de ellos hubiera hecho nada malo.

Los demás dentro de la habitación no podían disimular su asombro al haber escuchado la amenaza que le hicieron a Filxar porque varios sabían que era de una de las familias más importantes de la ciudad sino del país entero.

Observaban a estos hombres como si estuvieran totalmente locos porque era como si no hubieran ofendido a nadie, seguían tranquilos viendo a su audiencia como si fuéramos tontos al no replicar nada.

El hombre que había llegado con nosotros le indico a uno de ellos la esquina de la puerta, al volver a ver hacia esa dirección notamos como las enfermeras estaban comenzando a moverse lentamente como si estuvieran despertando de una siesta.

Sin decir nada el que había hablado rudamente salió y entro con dos vasos de agua se los paso a la doctora Stell después saco un polvo que disolvió en el agua, al ver la cara de sorpresa de la joven. Sonrió encantadoramente.